SABANETA, Santiago Rodríguez.- En el corazón verde de Sabaneta se esconde un dulce tesoro que ha encantado paladares y enriquecido vidas.
Juan Darío Pérez, agrónomo y devoto conocedor de las riquezas naturales de su tierra natal, San José, nos lleva en un viaje al mundo de la miel de abeja, delicia silvestre que sobresale por su pureza y sabor inigualable.
A sus 63 años, residenciado en el pintoresco barrio El Bolsillo de San Ignacio de Sabaneta, Pérez no solo ha dedicado su vida a la agronomía y las prácticas deportivas, sino que también ha permitido acercarse más a las maravillas del campo y sus bondades. Entre ellas, la miel de abeja destaca como una joya de la naturaleza.
Según Pérez, la miel producida por las abejas del árbol Haematoxylum campechianum, conocido localmente como Campeche, es de una belleza y sabor excepcionales. Este líquido, de un blanco puro como sus panales, representa la esencia de la flora local, convirtiéndose en una fuente de orgullo para los habitantes de la región.
La apicultura en Santiago Rodríguez ha trascendido la simple recolección de miel. Gracias a la implementación de colmenas artificiales en diversas comunidades, los residentes han logrado una simbiosis única con las abejas melíferas. Esta innovación permite no solo cosechar el dulce néctar sino también contribuir al bienestar y la conservación de estas incansables trabajadoras de la naturaleza.
La provincia se ha convertido en un referente dentro de la industria apícola, con un creciente número de apicultores que ofrecen este líquido dorado tanto a nivel local como nacional. La miel de Santiago Rodríguez es más que un producto; es el testimonio de una relación armoniosa entre el ser humano y el medio ambiente, una fuente de salud, bienestar y, sobre todo, placer.
Este dulce manjar no solo endulza la vida de quienes tienen el placer de probarlo, sino que también aporta innumerables beneficios para la salud, convirtiéndose en un indispensable en cualquier hogar consciente de la importancia de lo natural y lo saludable, precisó Pérez.
Así, la miel de abeja de Santiago Rodríguez continúa su expansión, no solo en términos de producción sino también en la conquista de corazones y paladares a lo largo y ancho del país. Juan Darío Pérez y los apicultores de la provincia son custodios de este tesoro, un dulce recordatorio de que las mejores cosas de la vida vienen directamente de la naturaleza.