Historia Dominicana

La ocupación haitiana

En este período, que duró desde 1822 al 1844, hubo aspectos positivos como también negativos.
Uno beneficioso fue la abolición de la esclavitud, el 9 de febrero de 1822, con la que fueron  beneficiados alrededor de nue­ve mil esclavos.

Para conmemorar este acontecimiento, Boyer ordenó sembrar matas de palma en los parques, ya que simbolizaban la libertad.

Los ex-esclavos fueron favorecidos con tierras pertenecientes a dominico-españoles que prefirieron emigrar a Cuba, Puer­to Rico y Venezuela, porque:

a)      No de­seaban ser gobernados por mulatos y an­tiguos esclavos procedentes de la parte oeste de la isla;
b)      se sentían españoles y, por tanto, preferían vivir en territorios gobernados por España, y
c)       conside­raron que en los lugares a los que emi­grarían, tendrían un mejor futuro económico que en La Española.

Otra buena medida fue la sus­titución de los códigos españoles por los franceses, los que eran más avanzados desde el punto de vista social, por contener las ideas de la Revolución Francesa.

Un tercer asunto positivo fue el crecimiento de la producción agrícola, la que aumentó, entre otros factores, debido al incremento de la pobla­ción, al establecimiento en Puerto Plata y Samaná de negros libres traídos desde los Estados Unidos de América por Boyer en 1824, a la repartición de tierras entre los antiguos esclavos y a la paz imperante en esos años.

Entre los aspectos negativos se señala el cie­rre de la Universidad Santo Tomás de Aquino, en 1823.

Otro fue la imposición del francés corno idio­ma oficial, obligatorio en los actos de los Tribuna­les, de las Oficialías del Estado Civil y de los nota­dos públicos, a partir del 14 de noviembre de 1824, medida que tenía como finalidad contribuir a desarraigar culturalmente el pueblo dominicano, con el fin de facilitar su haitianización.

Igualmente la confiscación de terrenos rura­les, una buena parte de los cuales fue adquirida por funcionarios y particulares haitianos de ma­nera gratuita o a bajos precios, quienes también se apropiaron de edificios públicos urbanos.