Desde las redes

Uribe y Duque ganan la primera prueba electoral en Colombia

Ya ha comenzado la carrera por la presidencia de Colombia. O mejor, un sprint de poco más de dos meses en el cual los cuatro favoritos para pasar a la segunda vuelta –Iván Duque, Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Germán Vargas Lleras– llamarán a sus bancadas y buscarán alianzas con los nuevos «jugadores» en el Congreso elegido este domingo. Por ahora, ganadores y perdedores procuran ajustar a sus intereses los resultados, en ese ejercicio postelectoral tan bonito de acomodar e interpretar los votos, solo comparable a su capacidad para hacer promesas electorales.

Colombia vivió las primeras elecciones en 55 años sin violencia, realidad que hoy queda en un segundo plano pero que marca un cambio fundamental en el país. Eso sí, el partido político de la FARC recibió un humillante varapalo. Tendrá diez escaños asignados en virtud de los acuerdos de paz, pero solo ganó poco más de 85.000 votos (0,34%), apoyo ínfimo que para nada le servirá. Se derrumba así el mito, tan utilizado por varios partidos, de que el país quedaría en manos de la guerrilla. Pero también queda en ridículo la soberbia de la FARC al creer que lograrían dos millones de votos. De todas formas, como dijo un famoso técnico de la selección colombiana de fútbol, «perder es ganar un poco», ya que la FARC pasó oficialmente a la democracia y a tener que pelear sus programas y cada voto a través del trabajo y la palabra. Queda oficialmente cerrado el capítulo de la violencia guerrillera.

duque
Renovación generacional

¿Qué pasará con el triunfo rotundo de Iván Duque (el protegido del expresidente Álvaro Uribe) en la consulta del bloque de derechas para elegir candidato a la presidencia? Duque ganó más de 4 millones de votos, en tanto que el candidato del bloque de izquierdas, Gustavo Petro, apenas consiguió 2,8 millones. Se abre, además, una renovación generacional en el Centro Democrático, partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe (el senador más votado el domingo), pues muchas de las figuras clásicas de ese movimiento se quemaron y quedaron fuera del Congreso.

El partido de Uribe Vélez retrocede en el Senado, donde perdió un escaño cuando esperaba aumentar en 5; pero avanza en la Cámara, sometida a una votación mucho más local, donde el triunfo se traduce en 32 escaños, frente a los 19 que tenía. Los 51 congresistas logrados por el Centro Democrático, un partido muy disciplinado, serán otros tantos aliados para que Iván Duque mueva a los electores en el país.
Voto engañoso

Hay un detalle, sin embargo. Los votos que obtuvo Duque no se pueden contar todos como suyos. En este Juego de Tronos local, hay también simpatizantes de otros partidos que votaron en la consulta de la derecha con el interés de influir: de ir contra alguno de los candidatos más que a favor del programa del partido. En cualquier caso, antes de la consulta Iván Duque era poco conocido en el ámbito nacional, pero de la mano de Uribe Vélez ha sabido aprovechar la oportunidad. Hoy los colombianos lo tienen en el radar. Duque entra con pie derecho en la campaña presidencial. Aunque, dada la fragmentación del Congreso, tampoco el resultado de la votación del domingo le garantiza la victoria en la primera vuelta de las presidenciales del 27 de mayo, para las que necesitaría recibir más de seis millones de votos.

Quien puede darle problemas es Germán Vargas Lleras, uno de los cuatro candidatos con más opciones para pasar a la segunda vuelta de las presidenciales como líder del partido Cambio Radical, que el domingo dobló sus votos y aumentó a 46 el número de escaños en el Congreso, pese a ser muy cuestionado por clientelismo y corrupción. Vargas Lleras juega en el centro y procura acercarse a la derecha, por lo que, al igual que Duque, aspira a recibir el apoyo de partidos como el Conservador, el Liberal y el Partido de la U (el que más perdió el domingo), en una pelea cuerpo a cuerpo que llevaría a la primera vuelta a la gran coalición del centro derecha dividida.
Gustavo Petro

En la otra esquina está Gustavo Petro, quien quedó coronado como el peso pesado de la izquierda, logrando el mayor apoyo que un candidato de esa tendencia ideológica ha obtenido en la historia: 2.849.331 votos. El problema de Petro es que no tendrá tantos congresistas dispuestos a hacerle la campaña presidencial, a pesar de su relativo triunfo al lograr seis escaños con su Lista de la Decencia. La izquierda está dividida desde hace tiempo. Y el Polo Democrático tiene a sus mayorías alineadas con el candidato independiente de centro Sergio Fajardo, que también recibe el respaldo de la Alianza Verde, la otra agrupación revelación al ganar 18 escaños. Fajardo podría buscar una alianza con el Partido Liberal, que obtuvo el domingo 49 escaños y cuya candidatura presidencial queda sobre los hombros de Humberto de la Calle. Así, Fajardo parece retomar el oxígeno que tanto necesitaba y puede situarse ahora en el podio de los tres candidatos con más opciones a pasar a una segunda vuelta. Amárrense el cinturón, porque esto apenas ha comenzado.