Daniela Miranda, una camarera de restaurante, dijo tuvo que pagar 7,800 pesos porque un cliente, luego de consumir, se marchó sin pagar.
Santo Domingo, RD. Las fullerías son comunes en Santiago y muchos de los artífices en múltiples ocasiones terminan fugándose tras simular que van al baño o a su vehículo a buscar algo que olvidaron.Otros simulan que conversan con otras personas y aprovechan cualquier descuido para escapar, luego de consumir en diversos negocios. Mientras la Policía dice que ha apresado a personas que visitan establecimientos comerciales consumen bebidas y alimentos y luego tratan de escapar o alegan que no tienen dinero suficiente para pagar. En otras ocasiones, los comerciantes, antes de llamar a la Policía, negocian con los “fulleros” y los dejan ir, si tienen pertenencias de valor que dejen como garantía de lo que consumieron y que no quieren o no tienen para pagar.
Posición de la ACIS
El presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (Acis), Sandy Filpo, declaró al Listín Diario que en esta provincia numerosos establecimientos comerciales han sido víctimas de esa modalidad delincuencial.Dijo que eso no solo afecta a los bares y restaurantes, sino a otros establecimientos, como supermercados.
Modalidad delictiva
En ese contexto, refirió que hay personas que se dedican a visitar establecimientos y luego de consumir tratan de sustraerse del pago de los servicios que se les ofrecieron.Para Filpo, esto no solamente está ocurriendo en los centros de diversión, expendio de comidas, restaurantes y otros negocios, sino en otros y que eso forma parte de una recurrente modalidad de delincuencia.
DATOS
Ojos electrónicos.
En las puertas de supermercados, por lo regular hay miembros de seguridad y se habilitan alarmas que detectan cuando personas tratan de llevarse artículos sin pagar. Ejecutivos de esos negocios instalan cámaras de seguridad para gestión de monitoreo
Tomado del Listín Diario