Las fuertes lluvias ocasionadas el pasado fin de semana provocaron inundaciones en varias provincias del país y dejaron un saldo de 24 personas fallecidas
En el sector Brisas del Este, ubicado en Sabana Perdida, las miradas afligidas continúan apoderándose de sus residentes, tras el paso del disturbio tropical que azotó el país el pasado sábado.
Con escobas en las manos y con una notable melancolía en el corazón las personas que habitan en ese sector limpian sus viviendas pasando lista de los objetos que perdieron, al tiempo que recuerdan lo acontecido el fatídico fin se semana pero, a pesar de todo, agradecen que las pérdidas fueron solo materiales.
En un recorrido realizado por periodistas de LISTÍN DIARIO se hizo evidente las miradas atónitas de los residentes de la zona, quienes aseguran no haber visto algo parecido. Según sus testimonios estaban acostumbrados a que las aguas del río aumentarán, pero no a niveles extremos como los que ocurrieron la tarde del sábado.
De hecho, este diario comprobó que todavía se puede observar como las aguas continúan arropando varias casas de los alrededores, por lo que las personas relatan cómo es el proceso de sobreponerse a la difícil situación de ver sus pertenecías completamente dañadas.
“Anoche fue que el agua termino de salir, como en eso de las nueve y pico”, narró Aniana Baloy mientras señaló lo poco que le quedo. Con la mirada entristecida muestró la habitación donde antes se encontraban los ajuares de sus hijas y que ahora se encuentra vacía, ya que estos resultaron afectados por las lluvias.
Baloy agregó que no ha recibo, ni ha visto, a ninguna autoridad acercarse al sector: “Nada. Aquí no ha venido nadie”, expresó mientras recogía la basura del amplio lodo que inunda su casa.
Sin embargo, mientras unos limpian y tratan de volver a la cotidianidad, otros esperan a que las aguas del río terminen de salir de sus viviendas.
Esta es la situación que agobia a Yahindry, una madre soltera con tres niñas, que observa como su pequeño hogar continúa arropado por el agua.
“Cuando quise sacar algo ya era tarde, estaba todo flotando, la nevera, las camas, todo», manifestó mientras miraba su casa.
Yahindry teme que después de que bajen las aguas se generen enfermedades a causa del lodo arrastrado por las aguas del río.
Para Margarita Vásquez la situación no es diferente, pero su alegría y jovialidad a sus 63 años la mantienen optimista, a pesar de haber visto como flotaban sus pertenencias, hoy con una sonrisa agradece estar viva.
Como algunas calles aún continúan inundadas los residentes de Brisas del Este han improvisado caminos con neveras, tablas y otros objetos que le sirven de puente para poder transitar hasta sus hogares sin tener que adentrarse en el agua contaminada.
Los moradores narraron que la noche del pasado lunes, la actual encargada de la Junta de Vecinos repartió algunas raciones de comida, pero que aparte de eso, por el momento, no han recibido la visita de algún representante del Estado.
LA BARQUITA
En Santo Domingo Norte hay otro sector que lucha por sobreponerse a los daños ocasionados por las lluvias, se trata de La Barquita.
Allí las personas sacan sus pertenecían a las aceras para que se sequen, sin embargo, muchas de las viviendas de esta localidad continúan inaccesibles por las inundaciones, lo que obliga a que los ciudadanos tengan que pasar a través de las aguas contaminadas.
En apoyo a la situación que atraviesa la localidad, la creadora de contenido, Gelen Betances, visitó La Barquita y sin pensarlo acudió en auxilio de una de las moradoras a quien identificó como Katherin.
En ese momento, este diario observó la mujer con una caja en la cabeza mientras atravesaba las aguas de las calles inundadas.
Asimismo, Betances dijo que le gustaría acercase a algunas autoridades para poder canalizar más ayudas en ese sector.