El presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, pidió que se saquen de Haití a todos los dominicanos residentes y al personal diplomático, ante la ferocidad de las pandillas, el desorden generalizado y los preliminares de una intervención militar.
Señaló que el presidente Luis Abinader debe observar la medida tomada por los Estados Unidos de pedir a todos sus ciudadanos que abandonen Haití, y de poner restricciones de movilidad al personal diplomático esencial.
A comienzos de esta semana, los norteamericanos cerraron el acceso exterior a su embajada, debido a tiroteos y actos de violencia escenificados en el perímetro donde se encuentra enclavada en Puerto Príncipe.
Agregó que ahora mismo los dominicanos residentes en Haití carecen de la mínima seguridad, por lo que es juicioso comenzar a trasladarlos al país, antes de que se produzca la intervención militar liderada por Kenia.
Mientras sigue la violencia interna en Haití, se mantienen operando las rutas de autobuses de Santo Domingo-Puerto Príncipe, por lo que se teme que en cualquier momento puedan ocurrir actos de violencia que pongan en peligro a los pasajeros.
También se mantiene el suministro de comestibles y materiales diversos, en una actividad comercial lícita, pero peligrosa ante el dominio que tienen los antisociales.
Añadió que la situación haitiana y la forma en que podría envolver la tranquilidad del país es preocupante, si se toma en cuenta el flujo permanente de ilegales, y las fragilidades que tiene la frontera.
La normalización de la vida en Haití se torna en una incógnita, debido a que una intervención militar será imposible de realizar con el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por el rechazo de Rusia y China, que tienen el derecho al veto.
Expresó que las resoluciones del Consejo de Seguridad, como las intervenciones militares o las ayudas humanitarias, tienen que ser aprobadas de consenso, o las mismas no involucran oficialmente a las Naciones Unidas.
Agregó que en el momento en que los Estados Unidos anuncian una intervención armada encabezada por Kenia, se produce el golpe de Estado en Niger a cargo de militares pro-rusos, que ponen en peligro la presencia Francesa y Norteamericana, que tienen tropas y asesores en el terreno para enfrentar a guerrilleros yihadistas.