El presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, dijo hoy que la República Dominicana no tiene absolutamente nada que ver con la crisis interna haitiana, y apuntó que las soluciones las deben aportar que aportar los Estados Unidos.
Afirmó que es peligroso que dentro de la política norteamericana se baraje a la República Dominicana como un ente de soluciones de una crisis que no es nuestra responsabilidad, ni fuimos los que la creamos.
Bajo ninguna circunstancia, enfatizó, se pueden establecer campamentos de refugiados haitianos en el país, porque se provocaría una crisis nacional, y se metería al país de lleno en la convulsa situación de Haití.
Los campamentos de refugiados no se pueden envolver como ayuda humanitaria, porque si tanto interés tienen los norteamericanos y los canadienses en ayudar a Haití, pueden establecer esos refugios en sus respectivos territorios.
Además, Haiti, contando con la suficiente seguridad, tiene terrenos baldíos donde puede establecer campamentos de refugiados, para los que tratan de escapar de la violencia actual.
Las Naciones Unidas tienen experiencia en la apertura de campamentos en zonas conflictivas, y saben bien que esos refugiados nunca más retornan a su país de origen, aparte de que llevan enfermedades, indisciplina, falta de adaptabilidad y disputas de trabajo.
Luis “El Gallo” recordó que desde hace muchos años viene enfrentando a las Naciones Unidas, y sus organismos para los migrantes, por su intento de abrir campamentos de refugiados en el país.
Advirtió que bajo ninguna circunstancia, ni bajo presión, los dominicanos van a permitir que se mancille el territorio nacional abriendo aquí los campamentos para refugiados. El presidente de la UDC también favoreció que siga la política de repatriación de indocumentados.
Dijo que todo extranjero que se encuentre en el país sin la documentación, tiene que ser detenido de inmediato y ser deportado a su país de origen, respetando su integridad física y sus derechos humanos.
Añadio que fue la política exterior de los Estados Unidos hacia Haití, la culpable de la crisis haitiana, al aposentar dictadores y gobiernos militares