Historia Dominicana

Las primeras invasiones haitianas

El 22 de agosto de 1791, en el Santo Do­mingo Francés comenzó la rebelión de los negros esclavos contra sus amos blancos y mulatos, porque deseaban la abolición de la esclavitud.

Lograron su objetivo el 4 de febrero de 1794, día en que la Asamblea Nacional Francesa abo­lió la esclavitud, con la finalidad de que los es­clavos rebelados dejasen de combatir a fa­vor de las tropas inglesas y españolas que habían invadido el Santo Domingo Fran­cés, ya que sus países estaban en guerra en Europa contra Francia, y pasasen a pe­lear al lado de las autoridades coloniales francesas.

El 4 de mayo de 1794, la mayoría de los esclavos, encabezados por Toussaint Louverture, aceptó pasarse al bando francés.

En octubre y noviembre de 1794, Toussaint atacó a sus antiguos pro­tectores españoles en la zona fronte­riza, y se apoderó de las ciudades de Hincha, San Rafael de la Angostura, San Gabriel de Las Caobas y San Miguel de la Atalaya, poblados del Santo Domingo Español que quedaron bajo el control del Santo Domingo Francés.

El 22 de julio de 1795, Francia y España fir­maron un tratado de paz en la ciudad Suiza de Basilea, mediante el cual la segunda le cedió el Santo Domingo Español a la primera, a cambio de que los soldados franceses se retirasen de los lugares que ocupaban en España.

En enero de 1801, con el pretexto de que iba a tomar posesión del Santo Domingo Español en nombre de Francia, para darle ejecución a lo acor­dado en el Tratado de Basilea en ese sentido, Toussaint invadió la parte oriental de la isla al frente de miles de los suyos, quienes vencieron fácilmente la resistencia militar que encontraron en Mao y Nagá; este último lugar es hoy día el poblado de Juan Barón, situado entre Sabana Grande de Pa­lenque y Nizao.

Durante su estadía de dos meses en el Santo Domingo Español, Toussaint adoptó las siguien­tes importantes medidas:

a) La abolición de la esclavitud;
b) El nombramiento de negros y mu­latos en cargos públicos;
c) La rebaja de los derechos de importación de un 20% a un 6% sobre el valor de las mer­cancías;
d) La apertura de los puer­tos de Azua, Montecristi, Puerto Plata y Samaná a los barcos mer­cantes provenientes de otros países o con destino al extranjero; antes sola­mente les estaba permitido usar el de Santo Domingo
e) El fomento del cultivo del café, la caña de azúcar, el cacao y el algodón, frutos de ex­portación
f) La prohibición del cultivo de frutos menores, tales como yuca, batata y plátanos,
g) La interdicción de dividir las grandes propiedades para evitar que, una vez fraccionadas, fuesen cultivadas de fru­tos menores.

Toussaint hizo promulgar una constitución, el 8 de julio de 1801, en la que se declaró toda la isla con sus cayos e isletas única e indivisible y colonia de Francia. También se estableció en di­cha carta magna que él era su gobernador vitali­cio, con derecho a nombrar su sucesor. Igualmen­te se proclamó la abolición de la esclavitud.

Con la finalidad de retomar el control de la isla, Napoleón envió una expedición militar. El 29 de enero de 1802 llegó a la Bahía de Samaná una flota de cuarenta y cinco barcos que traían 11,200 soldados, comandados por el general Charles Víctor Emmanuel Leclerc, esposo de Pau­lina Bonaparte, hermana de Napoleón.

Con la ayuda de domínico-españoles enca­bezados por Juan Barón, los franceses vencieron, en el Santo Domingo Español, a las tropas de Toussaint.

En la parte occidental Toussaint y sus segui­dores negros opusieron una fuerte resistencia a los invasores franceses hasta que finalmente se lle­gó a un acuerdo, el 6 de mayo de 1802, mediante el cual Toussaint depuso las armas y Leclerc ga­rantizó la libertad de los antiguos esclavos.

Sin embargo, en ejecución de las órdenes se­cretas impartidas por Napoleón, Leclerc apresó a Toussaint, el 6 de junio siguiente, y lo envió a Fran­cia. Fue encerrado en el castillo de Joux, donde murió de muerte natural, el 7 de abril de 1803.

Mediante una ley de fecha 20 de mayo de 1802, Napoleón restableció la esclavitud en Las Antillas Menores, y dejó en manos de Leclerc la elección del momento más oportuno para reimponerla en el Santo Domingo Francés.

Pero cuando los antiguos esclavos se enteraron de que Leclerc tenía instrucciones de volver a someterlos a ese oprobioso estado, se rebelaron; y, luego de vencer a las tropas napoleónicas, proclamaron la independencia de Haití, el 1ro. de enero de 1804.