Antes de que existieran sofisticados instrumentos para el pronóstico del tiempo, cuando ni siquiera se soñaba con los satélites meteorológicos, un milenario método servía de guía para predecir el comportamiento de las lluvias durante los 12 meses del año: a este se le conoce como Las Cabañuelas.
Se trata de un viejo cálculo popular muy usado en los campos de República Dominicana y de la región, que consiste en la observación de los cambios atmosféricos en los primeros 12 y 24 días de enero para pronosticar el tiempo durante cada uno de los meses del mismo año.
Es decir, si el 1 de enero llovió, según esta tradición campesina, esas condiciones predominarán durante el primer mes del año. En los campos dominicanos este antiguo método ha sido muy empleado en la predicción de los meses de sequías y de lluvias a los fines de tomar las previsiones necesarias en la siembra y en el cuidado de los cultivos.
Los 12 granos de sal
El agricultor Juan Antonio López, mejor conocido en Barahona como Toño David, ha llevado esta costumbre arraigada en la familia, que aprendió de sus progenitores.
“La gente ha ido perdiendo esa tradición. A mis 89 años la recuerdo perfectamente de nuestros antepasados y mantengo eso”, expresa “El Campesino del Pueblo” como también se le conoce.
Recuerda otra vieja forma utilizada para vaticinar la incidencia de las lluvias durante el año. Consiste en colocar en el techo de la casa 12 granos de sal organizados en fila la noche del 31 de diciembre, cada uno representa un mes. Si presentaban mayor humedad, significaba que ese mes se caracterizaría por abundantes precipitaciones y si estaba seco augura sequía.
Con la meteorología científica y el uso de dispositivos electrónicos que permiten conocer en tiempo real el curso de fenómenos meteorológicos, Las Cabañuelas quedaron a un lado, aunque los que aún abrazan esa tradición aseguran que les ha dado resultado.
El ingeniero agrónomo José Bonifacio tiene confianza en Las Cabañuelas. “Aún, muchos agrónomos nos regimos por este método. Cuando Las Cabañuelas nos indican los meses que no tendrán lluvias, durante ese tiempo no sembramos”, explica. No obstante, aclara que lo que se predice aquí en Santo Domingo, no es lo mismo que sucederá en las provincias del Cibao, sur o este. Destaca que partir del día 13 de enero inicia los pronósticos de las cabañuelas “pequeñas”, que se calculan por seis días. “Cada día equivale a dos meses. Al momento de iniciar, en la mañana hasta el mediodía se predicen las condiciones de enero, mientras que por la tarde, las de febrero… y así respectivamente hasta llegar al último”, agrega.
Lo que creen los científicos
Para la comunidad científica, este método no es confiable para determinar las condiciones del tiempo. De esta opinión es el meteorólogo Fermín Estévez. Indica que en la actualidad es fácil comparar el resultado de una observación con los datos arrojados por organismos dedicados al estudio y pronóstico de la meteorología.“Eso está disponible, se puede verificar años tras años”, dice.
Tal como consta en el página web de la Onamet, las primeras observaciones meteorológicas en la República Dominicana se realizaron en el año 1871, luego en el 1884 se establecieron cinco estaciones climatológicas, las cuales fueron ampliadas después del impacto del huracán de San Zenón de 1930.
Una tradición ancestral adaptada por los pueblos
Esta forma primitiva de predecir las condiciones climáticas no es propia del país. También ha sido utilizada en el sur de España, América y parte del Caribe. De acuerdo con un artículo publicado en EcuRed, enciclopedia colaborativa en red del gobierno de Cuba, Las Cabañuelas se remontan a la época de las civilizaciones prehispánicas. “La cultura azteca adoptó de los mayas esta tradición, ya que en ambas su calendario contaba con 18 meses de 20 días cada uno, más cinco días adicionales que entraban en los meses”, explica.
Desde 1954 el país cuenta con la Onamet
Todavía muchas personas creen en este saber popular basado en la observación y la experiencia. Sin embargo, la República Dominicana tiene un organismo técnico-científico y ente regulador de las informaciones meteorológicas. La Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) fue creada en el año 1954. Su misión es actuar como una entidad especializada en brindar servicios meteorológicos y cumplir con los compromisos internacionales resultantes de su afiliación con la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Tomado de https://www.elcaribe.com.do