Pobreza, insalubridad, hacinamiento, ocio, alcohol y bachatas, así inició el recorrido por el que las estadísticas dicen es el barrio más pobre de la capital dominicana: La Zurza, un lugar de ultrapobreza donde la principal fuente de empleo es el chiripeo y la mayoría trabaja en el mercado nuevo.
Enclavada en el corazón de la capital. Limítrofe a otros barrios céntricos que conforman un cordón de pobreza alrededor del río Isabela. Mismo que a pocos kilómetros se convierte en el río Ozama en donde son protagonistas un mercado, seis cañadas, dos manantiales, más de 50 mil personas y sus asentamientos precarios.
Así describe la periodista Addis Burgos en su programa Desclasificado, que se transmite por CDN, canal 37, parte de lo vivido durante varios días de trabajo en ese populoso sector de la capital.
Es un barrio bañado de historia. La pobreza ha sido alimento para la creación de cientos de ONG, sin embargo, los avances no se aprecian. Está divida en siete subsectores: Los Coquitos, La Laguna, el proyecto habitacional La Zurza, Brisas del Isabela, Juan Pablo Duarte, el Hoyo de la Zurza y Kilombo donde la mayor población es haitiana.
“La seguridad es nula. Estamos rodeados de puntos de droga. Aquí siempre hay tiroteos. Aquí lamentablemente el patrullaje es nulo”, refirió Adam Veras quien señala que los planes de intervención que anuncian las autoridades son solo para los periódicos y los medios de comunicación.
“Aquí hay violencia en todos los órdenes: violencia intrafamiliar, violencia de género, violencia por los puntos de droga”, enfatizó al describir que la fuente de empleos es el mercado, donde los jóvenes que normalmente son víctimas de atracos, se ganan entre 300, 500 o 1000 pesos por el día.
Características
La gente vive en piezas de cuartería, parte atrás o en viviendas tipo barrancón. La mayoría de hogares pertenecen a lo que el Sistema Único de Beneficiarios del gobierno que estudia la pobreza para distribuir las ayudas sociales categoriza como ICV grado 1, ICV grado 2 e ICV grado 3 según su nivel de carencia.
Entre el 2020 y el 2021 la economía también sufrió covid, el Banco Central establece al día de hoy la inflación por encima de un 13 %. Pérdida de empleos, enfermedad, cierre de los negocios, dependencia total de las ayudas del gobierno, son solo parte de la carga con la que ha tenido que lidiar la población. Pero ¿cómo atraviesan ese laberinto las familias que viven en extrema pobreza? Cuestiona la periodista.
El vicedecano de economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Antonio Ciriaco, explica que la inflación afecta cuando el precio de los productos y la canasta básica familiar aumentan mientras los sueldos se mantienen en el mismo lugar.
Luis Joel Medina y su esposa, quien es ama de casa, dicen que perdieron la cuenta de cuánto gastan para comer y su rostro se aflige cuando piensan en el costo de la canasta familiar. Se amortigua con una cría de 20 gallinas que le proporcionan 8 huevos diarios, si no fuera por eso pasarían hambre.
“Yo tengo un empleo, pero no me da, porque lo que gano no me es suficiente con lo costoso que está ahora mismo el precio de la comida”, dice el padre de cinco hijos residentes en una casa donde una habitación con una cama es el lecho de todos y al lado, una mesa con los trastes hace de cocina. Por ella pagan mensualmente RD$2,500 pesos de alquiler.
Necesitan con urgencia escuela y liceo
En el barrio La Zurza piden a gritos la construcción de una escuela porque cada año escolar muchos niños quedan fuera de las aulas porque los centros están llenos y los colegios de bajo costo han desaparecido del entorno.
En ese lugar los negocios informales son la principal fuente de empleo. Estos pequeños emprendedores venden hoy para comprar la mercancía de mañana. Es la realidad de quienes no tienen fácil acceso a financiamientos como ocurre con doña María Morel quien a juicio de todo el barrio cocina los mejores pasteles en hoja.
“Nos ha afectado bastante porque el gas ha subido bastante. Tenemos una estufa de cinco hornillas y un tanque de 50 libra. Un tanque lleno dura cinco días y ha subido todo: la carne, los víveres, o sea todo el material de los pasteles ha subido bastante”, refirió Morel.
No hay matemática que cuadre, familias con ingresos promedio de 15 mil pesos y por otro lado un salario mínimo fijado en 12 mil pesos deben enfrentarse a una canasta básica de 23 mil pesos, para poder comprar tienen que trabajar por lo menos dos personas pero el desempleo traiciona las intenciones lo que agrava su situación. El manejo de la basura se mantiene como un gran problema.
Tomado de El Caribe