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La muralla y el fortín de Santa Bárbara datan del siglo XVII

Obra. Fue construida con piedra coralina, lo que le da un aspecto solido e imponente. Fuerte. Un impedimento para los invasores.

La muralla de Santa Bárbara y su fortín, se erigieron ya muy avanzado el siglo XVII, sobre una parte de lo que quedaba de la antigua roca, explotada por los canteros para la construcción de las casas y mansiones de la ciudad en el siglo XVI.

En el siglo anterior, Juan Bautista Antonelli, contratado por el Consejo De Indias, en España, había trazado los planos para cerrar con murallas la parte de la ciudad que asoma al río.
Sin embargo, la obra no se realizó sino a finales del siguiente siglo.

Sin embargo, debido a la incapacidad de los oficiales locales no se captó ni la sugestión precisa de la distribución de los bastiones ni el contorno ovalado, arrancando en una curva perfecta desde la base del mar, que Antonelli, conforme a los preceptos de la técnica militar, procuró dar a su trazo.

En cambio se limitaron a un sistema de rectas, anticuado ya cuando fue trazado por Liendo y concebido sin la suficiente experiencia militar.

Felipe III mandó acabar de cercar la ciudad. No fue sino hasta después del ataque de Penn y Venables, los que penetraron a la ciudad por Santa Bárbara que los gobernantes tomarían conciencia de la importancia de acabar el cerco de la ciudad del lado norte pero esto no ocurrió sino a finales del siglo cuando se levantaron los fuertes de la Caridad, San Lázaro, San Miguel, San Francisco, San Antón y Santa Bárbara.

El fuerte militar cerró la línea norte del recinto amurallado con lienzos y bastiones. Así quedó formado un conjunto monumental de iglesia-fuerte, único en la ciudad primada y que se puede observar escasamente en el resto de América.

Impedimento al invasor
Desde la calle Isabel La Católica se puede observar a un costado de la iglesia, una empinada escalinata que conduce al fuerte. Situado entre el fuerte de San Antón y la Batería del Ángulo, fue construido con piedra coralina, lo que le da un aspecto solido e imponente, además de presentar un formidable impedimento para los invasores.

La parte abierta del terraplén o gola, es un lado del polígono de cinco lados desiguales que conforman la construcción.

A ambos lados de la gola se encuentran los flancos y, a continuación, las caras del fuerte que se unen en ángulo en un espacio que estuvo ocupado por una garita, la base de la cual se conserva.

En el parapeto se abren varias cañoneras, algunas de las cuales tienen cañones montados sobre cureñas. Unos peldaños entre las cañoneras, servían para facilitar la labor de los soldados de infantería que se colocaban detrás del parapeto.

En los flancos posee entradas al camino de ronda de las murallas que unían entre si los distintos bastiones de la línea defensiva de la ciudad. Visto desde la avenida Mella, el baluarte de Santa Bárbara muestra un aspecto imponente con sus elevados muros de piedra que se yerguen sobre la colina. Es la única fortificación sobreviviente de la parte norte.

Remozamiento
En los últimos tiempos, el fuerte fue intervenido, junto con la iglesia de Santa Bárbara. Se reemplazaron los pisos y se dotó de más cañones. Se instaló allí una estatua de Santo Domingo de Guzmán acompañado de Domine Cannis, de un gran tamaño. Intervinieron así mismo, el paseo de ronda y remozaron el aspecto exterior.

Características

— La fortificación
Formaba parte de las construcciones defensivas de la ciudad. Poseía rampas y plataforma de tiro; en la parte superior de la muralla conserva el camino que unía a varios fuertes, donde la guardia hacía la ronda.

Tomado de https://eldia.com.do