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La historia real del comando más famoso de Windows: Ctrl+Alt+Supr

El famoso comando de Windows Ctrl+Alt+Supr ha ayudado desde su creación a millones de usuarios a solucionar los problemas que presentaban sus ordenadores. Sin embargo, su creación no tenía como objetivo convertirse en una herramienta fundamental para sus clientes, sino para los programadores, según recoge MentalFloss.

ordenador teclado

La historia se remonta a 1981, cuando David Bradley pasó a formar parte del equipo de 12 ingenieros de IBM en el proyecto Acorn, que consistía en la creación de un ordenador personal de IBM. El reto de este trabajo consistía en que debían conseguir construir la máquina en tan solo un año, en lugar de entre los tres y cinco años previstos estimados, para aventajar a sus principales competidores, Apple y RadioShack.

El grupo se encontró con numerosas trabas durante su ardua labor, pero había una de ellas que les desesperaba especialmente: cuando el ordenador daba con un error de codificación, los programadores se veían obligados a reiniciar el sistema al completo manualmente, y al encenderlo de nuevo, las pruebas de memoria de la computadora duraban mucho tiempo.

Fue entonces cuando a Bradley, tras cinco meses de trabajo, se le ocurrió la idea de inventar un comando que les permitiera reiniciar el ordenador y saltarse las pruebas de memoria que se llevaban consigo un tiempo fundamental. Este atajo debía ser eliminado antes del lanzamiento al mercado del dispositivo, pero el ingeniero se olvidó de él.

El equipo consiguió terminar el proyecto Acorn a tiempo y el ordenador salió a la venta en otoño de 1981, lo que supuso un hecho sin precedentes, pues permitió a miles de personas tener la computadora en sus casas y oficinas.

El truco de Bradley no se descubrió hasta casi 10 años después, cuando en 1990 Microsoft llegó a Windows para cambiarlo todo. Fue en el momento oportuno, pues entonces miles de ordenadores comenzaban a dar problemas a sus propietarios quedándose en la famosa pantalla azul. Entonces, el comando Ctrl+Alt+Supr permitía solucionarlo fácilmente.

Por otro lado, respecto a la elección de las teclas, el ingeniero las escogió por su ubicación en el teclado: dado que la tecla de ‘Supr’ se encuentra lejos de ‘Control’ y ‘Alt’, era muy improbable que alguien pudiera accionarlo accidentalmente.

Tomado de https://www.20minutos.es