Salud

¿Es mejor la proteína animal o la vegetal? Dos expertos responden

Las proteínas son uno de los nutrientes esenciales. Sin ellas, o con un grave déficit de ellas, nuestro organismo no puede desempeñar correctamente muchas de sus funciones, pues además de ser la base del ADN y formar parte de los tejidos, desempeñan funciones metabólicas y reguladoras e incluso se pueden convertir en fuentes de energía si es necesario. Sin embargo, incluso llevando una dieta vegana, es complicado tener un déficit importante te proteínas, pues estas se encuentran tanto en los alimentos de origen animal como en muchos de origen vegetal. En medio del debate de la necesidad -o no- de reducir el consumo de carne para mejorar tanto nuestra salud como la del medio ambiente, preguntamos a dos expertos con posturas distintas qué opinan sobre qué proteína deberíamos priorizar.

¿Comemos más proteína animal de la que deberíamos?

Desde hace unos años, la OMS viene alertando de que comemos más proteína animal de la que deberíamos, al menos la procedente de la carne roja, y otros organismos recomiendan moderar su consumo, tanto para mejorar nuestra salud como para proteger el medio ambiente. En eso se basa también la empresa Vegan Food Club, cuyo CEO, Pablo Alcolea afirma tajantemente que “consumimos en exceso proteína animal y existe correlación científica entre esto y las enfermedades cardiovasculares, presión sanguínea elevada, obesidad o diabetes de tipo 2, así como ciertos tipos de cáncer”, asegura.

Alcolea quiere destacar también los benéficos que tendría para el medio ambiente reducir el consumo de carne, “nosotros no somos unos defensores radicales de la alimentación basada en vegetales en contra del consumo de carne, creemos que el cambio debe ir de la mano de una solución tan conveniente para el consumidor que la decisión de reducir su consumo de carne se haga especialmente fácil. El hecho de cambiar de una alimentación más carnívora a una más plant-based tiene un enorme impacto en el planeta. Hay un reciente estudio de la universidad de Oxford que concluye que tener una dieta vegana es la manera más efectiva de bajar la huella de carbono de un consumidor medio, reduciéndose esta hasta un 73%. Por tanto, si cada uno de nosotros reduce, aunque sea levemente, su consumo de carne animal, podemos conseguir entre todos un gran impacto positivo en el mundo. Además, creemos que hay que desterrar el mito de que una alimentación plant-based se trata de una alimentación aburrida a base de ensaladas”.

Niklas Gustafson, cofundador Natruly, no es de la misma opinión, “estamos en una tendencia actual donde se parte de la premisa que comer proteína animal es malo y estamos bastante confundidos en ese sentido. El problema no está en si consumimos en exceso la proteína animal, está en qué clase de animal comemos y cómo lo hacemos. No debemos tener miedo a comer animales siempre que nos cercioremos bien de su procedencia y de cómo ha sido criado, por nuestra salud y por la sostenibilidad del planeta. Es importante que elijamos carne lo más natural posible, si puede ser ecológica mejor, carne de caza o de campo, procedente de animales que hayan sido alimentados con pasto en un entorno libre”, añade.

¿Podemos vivir saludablemente sin consumir proteínas animales?

Ambos expertos vuelven a discrepar en este punto, pues mientras Niklas Gustafson no concibe una alimentación sin proteínas animales, Pablo Alcolea asegura que “está más que demostrado que con los conocimientos adecuados, tomando la suficiente cantidad de proteínas de origen vegetal y con una suplementación correcta de los nutrientes que son más complicados de obtener vía proteína vegetal, el adulto medio puede llevar una dieta 100% plant-based sin ninguna clase de problemas. Al contrario, tendrán un menor riesgo de sufrir ciertas enfermedades y por tanto mejor calidad de vida, una dieta plant-based tiende a ser baja en grasa saturada y colesterol, y aporta mayores cantidades de fibra dietética, magnesio, potasio, vitaminas C y E, ácido fólico, carotenoides, flavonoides y otros fitoquímicos”.

Gustafson es contrario a esta afirmación alegando que “hay una serie de nutrientes que son muy difíciles de alcanzar sólo con vegetales, como la vitamina B-12, el hierro, el calcio, el colágeno o los ácidos grasos Omega-3. Conseguir todos estos nutrientes a base de una dieta plant based, aunque se puede conseguir, es muy complejo, por lo que es habitual que estas deficiencias se traten con suplementación, ya que, de lo contrario, podría acarrear problemas importantes de salud”. Y es que, según asegura, las proteínas animales “forman y reparan los músculos del cuerpo, fortalecen nuestro sistema inmunológico y participan en la creación de las hormonas necesarias”, mientras que las de origen vegetal “aportan otros beneficios distintos, como un alto contenido de aminoácidos, fibra, y micronutrientes e incluso propiedades antioxidantes”.

¿Qué pasa con los aminoácidos esenciales?

La principal argumentación de las personas que, como Niklas Gustafson, defienden fervientemente el consumo de proteínas de origen animal, es que las procedentes de animales no contienen todos los aminoácidos esenciales que necesitamos, o es mucho más difícil obtenerlos, “hay muchos alimentos que contienen proteína, pero yo siempre recomiendo aquellos con alto valor biológico, es decir, los que contienen todos los aminoácidos esenciales y son de mejor asimilación, y estos justamente son la carne (ciervo, pato y perdiz entre mis favoritas), el salmón, los huevos, el queso o la proteína whey, que a través de la tecnología se aísla el suero de la leche y es una de las de mejor calidad que existen”.

Para Alcolea, en cambio, basta con hacer algunos pequeños cambios y un poco de planificación para obtenerlos, y, en caso de que haga falta, recibir alguna suplementación, “en estos casos y debido a su importancia para el buen funcionamiento de nuestro organismo, será necesaria la suplementación según el tipo de persona o situación fisiológica y siempre guiada por un especialista”.

¿Qué proporción de proteínas de origen animal y vegetal sería la adecuada?

La Organización Mundial de la Salud y la RDA recomiendan 0,8 gr de proteína por kilogramo de peso y día. Esto varía en función de la etapa de la vida en la que estemos o de si, por ejemplo, queremos ganar músculo, circunstancias en las que las necesidades de proteínas aumentan, como podemos ver en las tablas de necesidades mínimas de proteínas elaboradas por la RDA. En lo que no hay tanto consenso es en la cantidad de proteína que se recomienda que proceda de plantas o de animales. En La Guía de alimentación y salud de la Facultad de ciencias de nutrición y dietética de la UNED, por ejemplo, se recomienda que “una tercera parte de las proteínas que comamos sea de origen animal”.

Para Niklas Gustafson esta proporción sería escasa, pues “para crear los cimientos del cuerpo, incrementar la musculatura, reparar los tejidos y aportar energía, necesitamos proteínas de alto valor biológico como el pollo, ternera, pescado, yogur, leche, queso, huevos”. El CEO de Vegan Food no se atreve a dar una proporción, pero asegura que “en general, sabemos que para la mayoría de gente una dieta basada en vegetales sería más beneficiosa para su salud en el largo plazo, pero es necesario adaptarse y dejarse guiar por un especialista si se van a hacer cambios drásticos en la dieta”, asegura.

Algo en lo que ambos expertos sí están de acuerdo es que, elijamos las proteínas que elijamos, estas tienen que provenir de alimentos “reales”, frescos, de calidad, de proximidad y lo menos procesados posibles.