El corte de madera y su comercialización era la actividad económica principal en esa época. Esta actividad consolidó a un segmento social importante, junto a la burocracia civil y militar.
Durante la ocupación haitiana, se formó la pequeña burguesía comercial capitalina mediante el siguiente proceso: el presidente Jean-Pierre Boyer repartió entre los antiguos esclavos tierras que fueron cultivadas por estos libertos, por lo que hubo una mayor cantidad de productos agrícolas en el mercado, y esto hizo que surgieran pequeños establecimientos comerciales, cuyos dueños pasaron a constituir dicho sector social.
Los jóvenes con los que Juan Pablo Duarte formó, el 16 de julio de 1838, la sociedad secreta La Trinitaria, provenían de la pequeña burguesía mercantil capitalina.
A finales de enero de 1843, Matías Ramón Mella, cumpliendo instrucciones de Duarte, concertó a nombre de los trinitarios, en Los Cayos, Haití, una alianza con el grupo político haitiano llamado La Reforma, para derrocar a Boyer.
El fundador de la República Dominicana buscó esa alianza con los reformistas haitianos, porque consideró que si Boyer era derrocado, se haría más fácil lograr la independencia dominicana, ya que tenía mucho experiencia como estadista.
El 13 de marzo de 1843 Boyer emprendió el camino hacia el exilio.
El nuevo gobernante haitiano, Charles Riviére Hérard amé, se dio cuenta de la fuerza política que habían adquirido los trinitarios y de su objetivo independentista, por lo que apresó a varios de sus dirigentes en julio de 1843, viéndose obligados Duarte y otros dos trinitarios, Pedro Alejandro Pina y Juan Isidro Pérez, a salir del país el 2 de agosto de dicho año, debido a la persecución en su contra.
La dirección del movimiento trinitario quedó en manos de Francisco del Rosario Sánchez, quien dirigió la lucha hasta la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844.
El 15 de diciembre de ese año, siete representantes de la parte oriental de la isla en la Asamblea Constituyente que debía redactar en Puerto Príncipe una nueva constitución para toda la isla, enviaron una comunicación al cónsul francés en esa ciudad, André Nicholas Levasseur, en la que propusieron a Francia, que si la porción oriental de la isla se independizaba de Haití, y el Gobierno Fráncés ayudaba al nuevo Estado que se crearía con el nombre de la República Dominicana con armas, municiones y protección militar de los haitianos, el Gobierno Francés tendría el derecho de nombrar un gobernador encargado del Poder Ejecutivo por un período de diez años, y se le cedería a dicha nación europea la Península de Samaná, punto geográfico importante desde el punto de vista militar, porque en la bahía del mismo nombre podían anclar muchos barcos de guerra sin el peligro de un sorpresivo ataque del enemigo