Villa Consuelo es uno de los barrios más populares del Distrito Nacional, tierra de comerciantes, gente laboriosa, de carnaval y una cantera de artistas como Joseíto Mateo (fallecido), José Alberto (El Canario), Bonny Cepeda y sus hermanos.
Ubicado en la parte norte de la ciudad y con una extensión de poco más de un kilómetro cuadrado, el sector limita al norte con la calle Eusebio Manzueta, al sur con la avenida 27 de Febrero, al este con la Duarte y al oeste con la avenida Máximo Gómez.
Fue fundado a principio de los años treinta, en lo que se consideraba una comarca, encabezada por la señora Ana Dilia Consuelo de Marchena Damirón, conocida también como Consuelo Vicini, la cual estuvo casada con don Juan Bautista Vicini Perdomo durante la primera década del siglo 20.
Es uno de los sectores de mayor dinamismo económico del Distrito Nacional con aportes significativos al Producto Interno Bruto(PIB), donde convergen 840 comerciantes. La barriada está segmentado económicamente en zonas, donde predominan las ventas de madera, metales, equipos eléctricos y textil.
Mario Chabebe Fernández, presidente de la Asociación de Comerciantes e Importadores de Villa Consuelo, define al sector como una oruga que ha experimentado una metamorfosis durante los últimos diez años. «Yo creo que este es el único sector que puede exhibir una transformación mayor en toda la República Dominicana», dijo.
Baja delincuencia
Destaca la tranquilidad con que se vive en el sector con una muy baja tasa de delincuencia, donde rara vez se originan noticias de hechos violentos o criminalidad, como en otros sectores y eso se debe a que existe el destacamento regional Z-45, que se encarga de la seguridad del Distrito Nacional.
Asegura que los comerciantes hacen sus aportes como la entrega de 25 motocicletas donadas a la Policía para el patrullaje. También, generando más de 15,000 empleos directos y se trabaja junto a la Alcaldía para recuperar los espacios públicos, muchos de los cuales son ocupados, incluidas las aceras.
«Villa Consuelo hace muchos años que pasó a entender que la unión hace la fuerza y así como hay una asociación de comerciantes exportadores, así hay Consejos de Desarrollo, varias juntas de vecinos, también escuelas tanto católica como evangélica», dijo el comerciante.
Arte y colorido
VillaCon, además de negocios es arte. Existe una ruta de murales en viviendas patrocinados por comerciantes de la zona y dirigido por la Fundación Proyectarte, Gestión Cultural que lidera la líder comunitaria Samanta Olivero.
Artistas nacionales, mexicanos y rusos plasmaron sus artes en unas 30 fachadas de viviendas con figuras humanas, de animales y tecnología con coloridos bosquejos que reviven y atraen la vista y en algunos casos ocultando indigencia.
El carnaval también ha sido un emblema para Villa Consuelo, destacándose desde los años 60 como uno de los barrios de la ciudad que más ha ganado comparsas, gracias a la integración de numerosos jóvenes e instituciones.
«El trabajo cultural aquí no solamente es con el arte público, sino con el consumo cultural de presentaciones artísticas, de formación y capacitación. A la fecha, Villa Consuelo no cuenta con una casa artística, no tiene un lugar de formación artística y por eso estamos un grupo de personas tanto de la diáspora, grupos de jóvenes y empresarios tratando de ver cómo lo podemos lograr por fin, aunque sea de manera privada o con apoyo público», indica Olivero.
En el deporte
El Club Rafael Barias ha jugado un papel muy importante en el desarrollo del deporte de Villa Consuelo desde 1971 cuando fue fundado. Se juega baloncesto desde los 6 años hasta más de 60 hay categoría infantil, juvenil y superior, informa Amaury Durán, dirigente deportivo.
«Ha sido un bastión en lo que se refiere al deporte, pero sobre todo al básquet, ha sido de los programas más importantes que ha tenido el país y tienes que ser uno de los cinco lugares más importantes que tiene el país en baloncesto», dijo Durán.
Deplora que en el club no haya monitor asignado y en su caso, con 35 años sirviendo a la comunidad nunca lo han tomado en cuenta, pero tampoco se recibe subvención como ONG.
Orgullo barrial
Amada Piña tiene casi 99 años de edad, llegó en 1952 a Villa Consuelo y dice que de ahí la llevarán al cementerio. Define el sector como tranquilo, que siempre ha disfrutado de servicio de energía permanente.
En el sector nacieron sus ocho hijos que prácticamente terminó de criarlos sola, porque su esposo falleció hace muchos años. Ella se mantiene fuerte y lúcida a sus casi 99. Cocina, trapea y hace los oficios de su casa.
«Mi esposo me dejó esta casita, que era de madera, yo trabajaba vendiendo habichuelas blanditas vendiendo bizcocho, haciendo arepa, colando café, así me levanté», relató.
Juan Florentino García, tiene su negocio cerca de doña Amada, ya tiene 53 años viviendo en la calle Baltazar de los Reyes y cuenta que cuando llegó al barrio era una especie de arrabal, pero que ahora es una zona de desarrollo económico.
«Aquí se vive bien, vivimos bien los que trabajamos, porque tú sabes que en toda parte hay ladrones y tigueres, pero ya Villa Consuelo ha cambiado en eso un cincuenta por ciento», acotó.
José Rodríguez tiene 81 años de edad y 78 residiendo en Villa Consuelo. Recuerda que cuando llegó al sector de España, donde nació, lo que había era mucha rancheta, las calles eran paupérrimas, de caliche y recuerda que el mercado de Villa Consuelo fue construido en 1945.
«En el mercado no se vendía por libra, era por bolsita. En el barrio antes había mucha bulla, mucha bebedera, un pueblo animado, pero ya todo se ha ido apagando de acuerdo al desarrollo que tenemos, ya Villa Consuelo es mundo, la sociedad denota otras condiciones», relató.
Villa Consuelo, tierra de gente laboriosa, de comerciantes, deportistas, de artes, de buenos vecinos continúa apostando a su desarrollo.