Santiago. El sueño vendido del cierre técnico del vertedero de Guazumal se ha tornado en una pesadilla para localidades del municipio de Tamboril y Santiago.
El basurero municipal de Tamboril lleva más de tres décadas operando a cielo abierto y representando uno de los mayores focos de contaminación y daño al medio ambiente, por lo que diversos sectores reclaman su clausura definitiva como prometieron las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Saúl Abreu, director ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo Incorporada (Apedi),, advierte que el vertedero de Tamboril representa un serio problema ambiental y de salud pública por la frecuenta humareda que produce y que los vientos dirigen hacia la ciudad de Santiago, además de los lixiviados que van a las fuentes de agua.
“Es un tema que debe ser resuelto lo antes posible, procurando su cierre definitivo. Para lograr eso hay que proporcionar al ayuntamiento de Tamboril una alternativa razonable, pues debe disponer de un lugar donde depositar sus residuos sólidos de manera segura y continua”, apunta Abreu.
Propone como opción que el relleno sanitario de Rafey pueda convertirse en un relleno regional y seguir siendo un referente nacional, para lo cual se requiere una negociación justa con el ayuntamiento del municipio de Santiago de los Caballeros.
Esto permitiría al cabildo santiagués asumir los costos operacionales incrementales que implicaría recibir residuos de otros municipios, siempre con un enfoque de gestión integral de residuos sólidos.
En el año 2018, el gobierno del entonces presidente Danilo Medina, a través de Dominicana Limpia, dispuso el cierre técnico del vertedero de Tamboril y tres años más tarde, sigue generando humo como chimenea, así lo denuncian quienes padecen los estragos por la contaminación generada.
Olmedo León, de la Sociedad Ecológica del Cibao, expresó que al caer cada tarde, el humo copa el cielo y con él decenas de comunidades se ven afectada la salud. León al igual que moradores de la parte norte de Santiago dicen que la humareda se torna en ocasiones insoportable, al punto que algunas familias deben abandonar sus casas.
El ambientalista indica que el alcalde Anyolino Germosén, no ha procurad soluciones.
Los comunitarios, sociedades ecológicas y organizaciones sociales han encabezado la lucha por el cierre del vertedero. Sin embargo, Felipe Hernández, al parecer se trata de un negocio, que genera intereses.
Hernández dice que con el cierre del vertedero de Guazumal, se pondría fin a los años de lucha y constantes problemas de salud y medioambientales que genera el depósito de basura.
Desde el mes de diciembre del pasado año hasta la fecha, el vertedero se ha incendiado en al menos cuatro ocasiones. El más reciente mantuvo arropada una gran porción de viviendas en la misma comunidad de Tamboril.
Ayuda del gobierno
El alcalde tamborileño quien ha recibido la promesa en varias ocasiones de los gobiernos de turno, ha visto este respaldo sólo en los medios de comunicación y no en la práctica. La más reciente fue hecha por Neney Cabrera, el encargado de los proyectos especiales del gobierno de Luis Abinader, quien a mediados del pasado año informó que acudiría en respaldo del cabildo de Tamboril para una solución definitiva de su basurero.
Tomado de El Caribe