Según explicó Felicia Romano, quien tiene desde 1986 con un puesto de vender pollos, “los precios están por las nubes, no se puede aguantar más y la venta por el suelo”.
Los comerciantes y compradores mantienen el grito al cielo por los elevados precios de artículos de la canasta familiar en el mercado ubicado en la avenida Francisco del Rosario Sánchez, justo al lado del barrio Los Guandules.
Según explicó Felicia Romano, quien tiene desde 1986 con un puesto de vender pollos, “los precios están por las nubes, no se puede aguantar más y la venta por el suelo”.
Agregó que anteriormente vendía 200 libras de pollo diariamente y su pequeño negocio se mantenía lleno de gente, “ahora vendo 60 libras de pollo y de esas, cuando viene a ver me quedan”. Mencionó que anteriormente la gente le cuestionaba si estaba regalando las cosas por la cantidad de clientes que tenía y actualmente la visita uno cada media hora. “No hay dinero”, dijo.
Romano, de 60 años, indicó que todos los pequeños negocios están desapareciendo e hizo un llamado al Gobierno para que colabore con ellos. “Vamos a desaparecer”, dijo, tras precisar que muchos de los propietarios de los negocios a su alrededor le han alquilado sus puestos a otras personas, en especial a extranjeros haitianos, ya que no se está haciendo nada, la gente se ha ido por las grandes pérdidas.
Explicó que a las 6:00 de la mañana llega al negocio y cierra a las 2:00 de la tarde, pero hay días que a la hora del cierre casi no han vendido nada y les sobra mucha mercancía.
Dijo que de no ser por las deudas que tiene actualmente, resultado de una operación a corazón abierto de su hija, ya se hubiese retirado, “porque esperando ayuda la gente se muere”, añadió con tristeza.
Pedro y Carmen también son vendedores en el mercado, llevan 10 años en la venta de verduras y vegetales. A veces tienen más pérdidas que ganancias, lo que los lleva a perder algunas de sus mercancías. Con ocho hijos han tenido que adaptarse al aumento de precios. Tienen la suerte de que algunos de sus hijos trabajan, pero debido al compromiso de pagar las necesidades básicas como luz y agua, deben seguir con el negocio para sustentarse.
Elías Piña, quien tiene años en la venta, dijo que anteriormente vendía un huevo a cinco pesos, hoy en día se ha visto en la necesidad de vender tres huevos por 20 pesos.
Uno de los motoconchos recurrentes de la zona explicó que hay personas que hasta se han tenido que dormir sin cenar, “hasta yo mismo me he acostado sin cenar…es que a veces no hay nada para comer”. Destacó que debido a como está la economía y las pocas ganancias que se generan se ven en la necesidad de hasta cenar “un pan a la roca”, refiriéndose a comerse un pan sin nada.
“Todo ha subido, todo está más caro, aquí uno venía antes, por ejemplo con RD$500 y uno se llevaba aunque sea los plátanos para la cena, ahora no”, dijo Antonia Garcia, compradora frecuente en el mercado.
Garcia dijo que las cosas han subido hasta al triple su precio, mencionó que las habichuelas se podían adquirir antes a RD$50 y ahora están en algunos lugares a RD$70 y otros a RD$80.
Negocio cercano
Al ser cuestionada de por qué no va a un lugar en donde los productos sean más económicos, García manifestó que va al mercado porque le queda más cerca de su casa.
Otros comerciantes expresaron que como está la cosa, “los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres”, ya que según estos, a las personas con mayor dinero tal vez no les está afectando tanto como a la población pobre, “hasta la sal esta cara”.
Otra compradora, Tecla Mateo Conteras, expresó que lamentablemente se deben someter a esos precios y destacó que lleva la vida entera comprando en el mercado y cada día los precios suben más.
“La cosa está cara, pero por lo menos uno encuentra el peso para comer”, dijo Contreras.