El presidente de EE UU reitera su compromiso de blindar la frontera en un mitin en Iowa
«Estamos pensando en construir el muro como un muro solar que produzca energía y se pague solo», ha dicho este miércoles Donald Trump en un mitin en Cedar Rapids (Estado de Iowa). El presidente de EE UU ha propuesto que el muro que pretende completar en la frontera con México esté revestido con paneles solares. «Bastante imaginativo, ¿verdad? Ha sido idea mía». Trump sostiene que el «muro solar» beneficiaría a México porque «tendrá que pagar mucho menos» por él. El titular de la Casa Blanca insiste desde la campaña electoral en que hará que el vecino corra con los gastos de un eventual muro. México no ha dejado de responder que de ninguna manera asumirá su exigencia.
Trump había dejado caer la idea del muro como un enorme generador de energía el 6 de junio en una reunión con legisladores republicanos. Pero este miércoles en Iowa la ha lanzado en público por primera vez. Entusiasmado con su plan, ha presumido de su experiencia en la construcción y ha argumentado ante miles de seguidores que la frontera sur de EE UU «es uno de los lugares donde la energía solar funciona realmente bien». «Mucho calor, mucho sol», ha resaltado.
En su aparición en Iowa ha recuperado su retórica más sensacionalista sobre la inmigración. Además de la novedad del anuncio de convertir el muro en un complejo de energía solar, ha subrayado su intención de deportar en masa indocumentados, estrechando la dimensión de la cuestión migratoria hacia uno de sus temas recurrentes, la violencia de las pandillas: «Vamos a echar de este país a esos horribles asesinos», ha clamado. «Son peores que Al Qaeda. Son auténticos animales y vamos a sacar a miles de este país».
Durante el discurso, Trump, que con un 40% de aprobación popular atraviesa su fase más mustia desde su investidura presidencial el 20 de enero, ha embestido contra el Partido Demócrata por negarse a apoyar en el Senado su proyecto de reforma sanitaria, que supone el desandamiaje del modelo asistencial impulsado por Barack Obama en la anterior legislatura. Ha calificado a la oposición de «obstruccionista» y ha concluido: «Aunque tuviéramos el mejor plan sanitario de la historia mundial, no lograríamos ni un voto demócrata».
Cinco días después del discurso en Miami en el que anunció la reversión parcial de la política de normalización bilateral de Obama con Cuba, Trump ha vuelto a cargar contra La Habana y ha sacado pecho de sus medidas contra el régimen, aunque dejando abierta la posibilidad de sentarse a la mesa con el Gobierno cubano para redefinir la relación: «Estados Unidos se mantendrá firme contra la opresión comunista. Haremos un acuerdo mucho mejor».
China ha sido otro centro en la diana del mitin. Trump ha llamado a Pekín a controlar a Pyongyang. «Me gusta el presidente Xi [Jinping]», ha dicho, para luego acotar: «Me gustaría tener un poco más de ayuda con Corea del Norte». El conflicto de EE UU con el régimen de Kim Jong-un ha subido de temperatura tras el fallecimiento el lunes del estudiante estadounidense Otto Warmbier por daños neurológicos sufridos durante su cautiverio en Corea del Norte.