Con destrucción de viviendas se libera espacio para la parte elevada
El barrio Enriquillo, en la margen sur de la autopista Duarte, próximo al kilómetro 9, comenzó a cambiar su entorno con el derribo de más viviendas y negocios para dar paso a la salida del túnel de la línea 2-C del Metro de Santo Domingo.
El derribo de las viviendas deja al descubierto una de las partes más arrabalizada del sector que se puede observar desde la autopista Duarte. Casas techadas de zinc oxidados, callejuelas y callejones, nudos de alambres que se entrecruzan contrastan con algunas de las vigorosas columnas en las que se apoyarán los rieles para el corrido del moderno sistema de transporte.
Ahora se ve más la pobreza del sector, la marginalidad escondida por años para muchos usuarios de la autopista Duarte. Todavía quedan algunas edificaciones en pie, pero marcadas para su destrucción, mientras propietarios esperan concluir el proceso de negociación, en algunos casos obligatorio, impuesto por las autoridades.
Es el punto de salida del túnel de unos 800 metros que se construye y que conectará la parte aérea del Metro que tiene como punto final la entrada de Los Alcarrizos. En la actualidad se trabaja en el movimiento de tierra para acondicionar el terreno, que además del espacio del Metro, servirá para una marginal que se extenderá hasta los 7.3 kilómetros de la obra.
Son al menos cuatro frentes en los que se trabaja de manera continua para avanzar el proyecto que se proyecta estaría en funcionamiento en el 2024. En otros espacios también se trabaja en el levantamiento de columnas como es el caso del kilómetro 13 en cuyo lugar el Metro se levantaría por encima del puente de la avenida Prolongación 27 de Febrero. Aquí se construyen las columnas en pares más altas de todo el trayecto.
A casi medio kilómetro del lugar y en dirección hacia Los Alcarrizos, otras columnas ya están listas para recibir las vigas por donde correrán los vagones del Metro. Mientras que, en este municipio, que es el tramo que presenta mayor avance, ya se observa la instalación de los arcos que cubrirán la última estación de la línea 2-C.
En algunos tramos la construcción de columnas se hace en lugares sin desalojar, con negocios a escasa distancia de las obras. Las autoridades de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), entidad que tiene a su cargo los trabajos, no ha informado si concluyó el proceso de negociación con todos los propietarios de los terrenos que serían afectados.