Una de las principales motivaciones de los usuarios a la hora de cambiar de teléfono móvil inteligente ol «smartphone» se encuentra en la batería. Con el paso de los años y el uso, es normal que la carga del dispositivo no dure lo suficiente para poder darle un uso normal. Algo que puede ser un auténtico engorro.
Sin embargo, existen algunos hábitos que permiten frenar el deterioro y aumentar la vida útil del terminal. «Las baterías, a lo largo del tiempo, han evolucionado, sí, pero los móviles han pegado un gran salto con la llegada de los smartphones y las baterías no han pegado ese salto», recordaba Ángel Cuadras, profesor de la Universidad UPC, en declaraciones a ABC hace un tiempo. El objetivo es evitar que se produzca un deterioro rápido: «Las baterías por sí solas se degradan; hagas lo que hagas te van a durar esos ciclos».
Usar el cargador oficial
Los fabricantes de teléfonos recomiendan, por regla general, que se use el cargador incluido con el dispositivo. Es decir, el oficial, el que se han hecho pruebas de estrés para mejorar su rendimiento. En caso contrario, desde Google explican que es posible que el dispositivo tarde más en cargarse, no se cargue en absoluto o que la batería o el propio cargador sufran daños. Es importante utilizar cargadores certificados y de marcas fiables, ya que si se utiliza uno que no cumple con los requerimientos del teléfono, puede alimentar con sobre voltaje la batería. Algo que podría provocar que se deteriorase antes de lo que debería.
Realizar cargas cortas
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que la vida de la batería de un teléfono móvil se mide en ciclos. Es decir, cada vez que el dispositivo se carga y descarga por completo. Las baterías de los «smartphones» deberían durar, como apuntan expertos de la plataforma de dispositivos reacondicionados Librephonia, entre 3.000 y 4.000 ciclos. Sin embargo, la «vida media de una batería se encuentra entre 300 y 500», explican desde la compañía. En el caso de las nuevas baterías de iones de litio, los ciclos de carga se contabilizan de forma modular. Esto significa que «si gastamos un 25% del 100%, cargamos el terminal al 100% y volvemos a gastar un 25%, el total del ciclo de carga es del 50% con lo que nos quedaría otro 50% del ciclo», apuntan las mismas fuentes.
¿Usarlo si se está cargando?
Esta forma de cargar la batería puede suponer un pequeño avance, ya que la carga por tramos hace que las baterías aguanten más el desgaste diario. No obstante, no se trata de la única cosa que se puede hacer para ayudar a extender la vida útil de la batería del «smartphone». A su vez, conviene cargar el teléfono sin usarlo, apuntan estos expertos.
Cuando empleamos el dispositivo mientras está enchufado es normal que se caliente. Algo que es malo para la batería, ya que estará forzando al teléfono a hacer un uso cercano al 100%. Este problema de sobrecalentamiento se agrava porque, como indican desde la plataforma, «los teléfonos no tienen elementos activos de ventilación, como puede ser la refrigeración por ventilador o líquida», que ayudan a que el calor se disipe. De hecho, desde la firma de Montain View recomiendan cargar el «smartphone» lo justo y necesario. Aseguran que «no tienes que enseñar al dispositivo cuánta capacidad tiene la batería dejando que se agote por completo ni cargando el dispositivo completamente».
Cierra todo lo que no sea imprescindible
Para cuidar la batería también se deben cerrar las aplicaciones en segundo plano y desactivar funciones que no se utilizan frecuentemente, ya que consumen batería. Aplicaciones de redes sociales, juegos y funciones como el GPS y la conexión Bluetooth son las que más gastan.
No llevar el dispositivo con la carga justa
Otra de las medidas a tener en cuenta es la de mantener la carga del dispositivo entre un 20% y un 80% del total. También es recomendable poner el brillo de la pantalla en automático, ya que esto proporcionará al usuario una o dos horas más de batería. Además, como indican desde Librephonia, se ha comprobado que los temas oscuros consumen mucha menos batería que los estándar con colores blancos y brillantes.
Reducir la actualización de los correos
Por último, otra recomendación es reducir la actualización del correo electrónico. Se puede configurar para que la frecuencia de actualización sea cada 15, 30, 60 minutos o de forma manual. Así el teléfono no tiene que estar continuamente buscando emails en los buzones de correo.
Evita tener la pantalla siempre encendida
Algunos estudios elaborados en los últimos años apuntaban que los usuarios de estos dispositivos lo consultan una media de 150 veces al día. Un tiempo que provoca que el componente que tiene más consumo de energía -la pantalla- esté continuamente drenando la batería. Por esta razón, los expertos creen que es necesario establecer un periodo de tiempo corto para que se apague y reduce el nivel de brillo. El ajuste del brillo automático es una buena opción.
Tomado de https://www.abc.es