Santo Domingo, RD. – A tres meses de los fuertes torrenciales del cuatro de noviembre del año pasado, que inundó el Distrito Nacional, los residentes del sector “Las Ochocientas” están sufriendo por el hedor y contaminación de materia fecal, luego de las lluvias haber causado averías en la tubería principal de una cloaca de la zona.
Desde que las inundaciones afectaron el conducto, que hasta hoy permanece desbordando agua pestilente y contaminada, los moradores reportaron la problemática por los daños a la salud que les podría causar.
Pero pese a este malestar, los afectados no han recibido asistencia, ni hay señales de solución a este problema.
“Esto nos está afectando a todos porque la materia fecal cae toda ahí”, dijo Eugenio Reyes, un residente en las inmediaciones, señalando el torrente de agua sucia que se desplaza desde la tubería hasta la cañada, que está descubierta e incrementa el hedor en todo el entorno.
Detalló que en una ocasión autoridades fueron al sector con la intención de solucionar el inconveniente, pero estos solamente hicieron, aparentemente, un levantamiento.
“Ellos vienen a cada rato a tirar fotos y no resuelven”, especificó.
Leonardo Encarnación, quien tiene un pequeño ventorrillo en uno de los callejones del sector, suplicó a las autoridades a que “vengan en auxilio de nosotros y arreglen la tubería”.
Al conversar con un equipo de redactores de este diario sobre la situación, explicó que tuvo que mudarse a otro sector porque las lluvias del diluvio derribaron su casa y no recibió ninguna ayuda del gobierno por las pérdidas materiales.
Ahora atiende un pequeño estante de víveres de la zona y dijo que tiene que lidiar con el hedor que provocan las aguas que se escurren por uno de los laterales de la cañada que también está forrada de basura.
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El hedor y las corrientes contaminadas eran evidentes en uno de los callejones.
Otros ciudadanos afectados no quisieron ofrecer información de sus condiciones alegando “que el gobierno no hará nada”, por las cuantiosas veces que han acudido al lugar a verificar los daños que a dos meses todavía prevalecen en todo el entorno.
Una señora, que no quiso ser identificada, dijo que también ha suplicado porque alumbren el lugar debido a la oscuridad que persiste a tempranas horas de la mañana y cuando cae la tarde, lo que incrementa los actos delictivos en el lugar.