No es un pueblo cualquiera. San José de los Llanos, San Pedro Macorís, según sus moradores, es la cuna de la independencia nacional. Y es que, señalan, allí fue proclamada el 26 de febrero de 1844, un día antes del trabucazo lanzado por Ramón Matías Mella en la Puerta de la Misericordia.
Esa hazaña convierte al pueblo en la vanguardia de la República y hace de sus habitantes los llaneros de la libertad. Sin embargo, a pesar ese mérito histórico afronta múltiples escollos: apagones y altas tarifas energéticas, calles deterioradas, agua contaminada y escasas fuentes de trabajo.
La gente se gana la vida en actividades del comercio informal; también hay motoristas y empleados públicos que mantienen a sus familias. Muchos se quejan por las pocas oportunidades de desarrollo que tiene el pueblo.
Los apagones y las altas tarifas energéticas preocupan a los llaneros, principalmente a los residentes de La Guázara, Villa Progreso y El Arrocito.
Doris López sufre el “abuso” de EdeEste. Su factura energética, que antes no superaba los 200 pesos, es ahora de 3,000. La queja se disuelve en los trámites burocráticos.
Nicolás Fermín González, presidente de la Junta de Vecinos de La Guázara, también sufre y explica la problemática.
En efecto, estima que los contadores eléctricos sobreevalúan el consumo, lo que eleva la tarifa a niveles alarmantes.
Se queja porque antes pagaba 300 pesos, y ahora debe pagar 1,800. Para él es una gran “injusticia”: solo usa un par de bombillas de bajo consumo y un televisor, pues no tiene nevera ni licuadora.
Según él, EdeEste le prometió a la comunidad un servicio de 24 horas, con energía de calidad.
Sin embargo, “pusieron los contadores con una facturación muy elevada”, y la energía llega inestable y dispara la medición.
Fermín González también denuncia el escándalo que envuelve a una escuela de tanda extendida.
El plantel, afirma, fue iniciado en Villa Progreso, pero lo han trasladado a Gualey. ¿La razón? En Villa Progreso, donde se dio el primer picazo, la escuela solo costaría 6.5 millones de pesos, mientras en Gualey tendría un astronómico costo de 14 millones.
El escándalo ha generado fuerte oposición e intentos de seducción. En efecto, Nicolás Fermín González asegura que rechazó la oferta de un millón de pesos para que abandonara la lucha.
Su decisión es insobornable: está dispuesto a emprender protestas comunitarias, pues “estamos decididos a no soportar eso”.
Además del escándalo de corrupción, el dirigente comunitario tiene otras razones para rechazar la construcción en Gualey.
En efecto, señala que los desagües sanitarios de las zonas aledañas desembocan en los terrenos donde se pretende levantar la edificación escolar.
Así también argumenta que la obra colindaría con otra escuela: la María Nicolasa Billini.
En tanto, Dilcia Socorro llama la atención sobre los males que acusa Villa Progreso, como el alambrado eléctrico, los postes de luz y el trazado de calles.
Salud. La polución de las aguas provoca, conforme a Nicolás Fermín González, enfermedades íntimas a mujeres que deben acudir a la consulta de ginecología en el Hospital Pedro María Santana.
A propósito, el director del centro médico, Rafael Alburquerque, resalta la afluencia de personas en áreas como ginecología, pediatría y cardiología.
Los casos más frecuentes son por afecciones diarreicas y fiebres, apunta el doctor Alburquerque.
El galeno también indica que entre 8 y 9 mujeres haitianas alumbran cada mes en el hospital, más que el número de dominicanas.
Eso obedece a que muchas dominicanas tienen seguro médico y pueden parir en otros centros médicos. Además, algunas son referidas al Hospital Antonio Musa de San Pedro, cuando no tienen historial médico en el Pedro María Santana.
Actividades. La organización Adelante Llaneros, dirigida por Felipe Ponciano, ha entregado miles de pañales desechables a ancianos que no pueden valerse por sí mismos.
Según Ponciano, hay 25 llaneros postrados en cama, por lo que necesitan atención y reciben alimentos, medicamentos y sillas de ruedas.
Anoche mismo organizó una cena para 300 personas, amenizada por grupos artísticos y culturales. El festín fue preparado con fondos donados por el cabildo y por particulares.
Ponciano aspira a un pueblo más limpio, educado y productivo.
En cuanto a la cultura, la Academia de Música Julio A.
Santana posee instrumentos de viento: trombón, trompetas, clarinetes, tubas. Tiene dos bandas: una infantil y otra de mayores.
Esteban Ortiz ejecuta el saxofón y Angélica Medrano el clarinete, y ambos están animados por grandes aspiraciones musicales.