Nunca la palabra “ruina”, había tomado una significación tan literal como ahora para designar a las “Ruinas de San Francisco”, haciendo referencia al monumento colonial Monasterio de San Francisco, que es la primera estructura de carácter religioso de este tipo erigida en el Nuevo Mundo, formada además por la Capilla de la Tercera Orden Franciscana y la Iglesia.
Gracias a la majestuosidad de esta construcción, al través del tiempo estas ruinas se han convertido en uno de los lugares más visitados por los turistas que llegan a la Zona Colonial, y no es para menos, ya que este monumento representa uno de los lugares más bellos de toda la vieja ciudad.
Siendo así, llama mucho la atención que toda el área perteneciente a los jardines y patios del monumento se encuentran totalmente sin vigilancia ni controles de acceso, por lo cual entrar y salir a cualquier hora es algo normal, además de que muchas veces hay personas que lavan en el lugar y tienden la ropa en las verjas perimetrales de hierro del recinto.
Indigentes se adueñan del lugar y duermen en cualquier esquina, mientras la basura, botellas de cerveza, ron, refresco o de agua son comunes en los alrededores de la estructura.
Los entornos del monasterio, debido a la poca iluminación, en las noches se son invadidos por parejas y amigos que van a pasar un rato o tomar un trago y eso conlleva que aparte de la basura que dejan en el lugar, los muros sean usados como baños públicos.
La parte central donde operaba el monasterio, la capilla y la iglesia están cerrados, y solo con un pase especial y un pago se permite el acceso al monumento. Turistas y visitantes solo pueden ver las fachadas exteriores y las partes internas que puedan observar a través de las puertas y verjas de hierro que así lo permitan.
Llama la atención que a pesar del tamaño y la importancia histórica y cultural de dicho monumento no existe una especie de visita guiada en su interior, para que los visitantes puedan hacer un recorrido y escuchar de parte de un especialista la historia de estas ruinas, que tanto tienen que decir sobre las vivencias de los primeros colonizadores del Nuevo Mundo.
Decadencia
El Monasterio de San Francisco, hoy en ruinas, fue la primera estructura de este tipo levantada en el las nuevas tierras descubiertas por Colón. Su construcción se inició en 1508 con la llegada de los padres franciscanos, durante el gobierno de Nicolás de Ovando. La obra fue finalizada en 1560.
Aunque no se precisa la fecha varias fuentes colgados en la red afirman que después de terminada la imponente obra fue azotada por un huracán que afectó toda sus estructuras. En 1586 fue saqueada por el pirata inglés sir Francis Drake.
Luego fue sometida a una serie de reparaciones que terminarían en el 1664. Pero la naturaleza le tendría otras pruebas al conjunto de edificaciones. Dos terremotos, el primero en el 1673 y el segundo en el 1751, causaron serios daños y dejaron las estructuras muy afectadas.
Otro problema que deterioró mucho la iglesia se inició cuando los franceses, vencidos en la Batalla de Palo Hincado y asediados en la ciudad, colocaron un cañón sobre la bóveda, y debido al poder de los disparos se desplomó la pieza de artillería con todo y techo, dejando un cráter de proporciones enormes
Durante la ocupación haitiana el saqueo de piedras y detalles arquitectónicos de las ruinas fue notorio, profundizándose aun más la decadencia de estas ruinas. Ya en tiempos modernos y obviando otras vicisitudes, el ciclón de San Zenón en el 1930 destruyó gran parte de estas edificaciones.
Tumba
Datos históricos revelan que debajo del arco de la entrada principal del Monasterio de San Francisco fue sepultado Alonso de Ojeda hacia el año 1515, uno de los navegantes que acompañó a Cristóbal Colon en su segundo viaje, y quien fuera el descubridor de Venezuela. Posteriormente, sus restos fueron exhumados y traslados a Venezuela de manera clandestina.
Primer acueducto
Según los historiadores, en este Monasterio de San Francisco fue donde se construyó el primer acueducto de Santo Domingo, desde el cual el agua era conducida por gravedad hasta una fuente pública ubicada en la Plaza de la Catedral o Plaza Mayor, lo que en la actualidad es el Parque Colón.
En total abandono y descuido se encuentran los pozos, y lo que posiblemente era la tina que servía como el depósito de agua del señalado acueducto.
Antecedentes
Fue en el 2002 cuando se escuchó por primera vez que el Gobierno dominicano, a través del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Dirección de Patrimonio Cultural, con el apoyo de instituciones españolas, convertiría estas ruinas en un centro cultural, a partir del plan de rescate a que sería sometida de manera integral la Ciudad Colonial.
Siete años más tarde, mientras partes de los muros de estas estructuras seguían deteriorándose, la Dirección de Patrimonio Monumental anunciaba otro proyecto de rescate, que al igual que el anterior se ha quedado en proyecto y palabras.
Controversia
El último intento de intervención de las “Ruinas de San Francisco” creó una gran controversia en la opinión pública y a través de las redes sociales, ya que la información sobre el proyecto ganador del arquitecto Rafael Moneo, para restaurar y conservar las citadas ruinas, transformaría casi en su totalidad dicho monumento.
A esto se le sumó las denuncias del Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) sobre lo que se haría en las ruinas., ya que el proyecto de Moneo explica que se harían cubiertas modernas de hormigón sobre las estructuras antiguas.
Además según el proyecto, se integraría la colocación de muros empañetados como elementos propios de la arquitectura actual, y la eliminación de toda el área verde del entorno para construir un parqueo y un anfiteatro para espectáculos y actividades de distinta índole.
Patrimonio Cultural
La Ciudad Colonial de Santo Domingo es uno de los bienes culturales de América Latina y el mundo que han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, gracias a su valor cultural y a los datos que aportan como evidencias de la historia y a la herencia de los seres humanos.
Por esta razón cualquier intervención en un monumento colonial debe ser avalada por esta institución.
Silencio
No fue posible obtener informaciones sobre el estatus en la actualidad de las “Ruinas de San Francisco”. Desde Patrimonio Cultural nos enviaron a la dependencia de Turismo que opera en la calle El Conde de la Ciudad Colonial.
Aquí se nos refirió al Departamento de Relaciones Públicas de la institución, donde se intentó ponernos en contactos con la arquitecta Maribel Villalona, sin ningún éxito.