Santiago.-Los sectores Buenos Aires, Los Salados y Camboya están entre los barrios de esta ciudad que por mucho tiempo han sido olvidados por las autoridades municipales y gubernamentales, lo que se evidencia en el deterioro de sus calles y la arrabalización de sus áreas.
Problemas como el de las aguas residuales que brotan en la superficie de las calles, así como la inseguridad, se agravan ante la indiferencia de las autoridades y la desesperanza de los munícipes de estos barrios.
Johanny Molina y Katherine Sosa, al hablar sobre esos males, enunciaron que viven permanentemente con aguas residuales en sus calles, producto de los problemas del alcantarillado sanitario.
También señalaron, como inconveniente de tipo ambiental, que la cañada que bordea esos sectores está llena de basura, lo que produce una gran contaminación.
“Este problema el exalcalde Gilberto Serulle trató de resolverlo, pero no lo concluyó. Y queremos que el Gobierno lo solucione ya que solo nos utilizan en una sola época”, dijo Molina.
Uno de los proyectos impulsados por la alcaldía de Serulle fue Vuelta Larga, el cual resolvió en gran medida el problema de esa cañada, que por muchos años fue el dolor de cabeza de los moradores.
“Las autoridades deben prestar más atención a estos problemas de las cañadas, la seguridad y en abrir un gran centro de salud porque tenemos que ir muy lejos a visitar un médico. Aquí somos personas de bajos recursos económicos que vivimos aquí, nosotros somos los más afectados”, dijo Blanca Rodríguez.
Características. Con una población de unas 5,000 personas, en estas barriadas hay una policlínica ubicada en la calle 9 de Los Salados, que atiende a 100 personas por día, cifra muy alta para su espacio. La mayor parte de los visitantes son niños y mujeres.
“Los pacientes referidos se atienden en el Hospital José María Cabral y Báez y en otros centros de salud”, expresaron.
Hay dos centros escolares públicos que dan docencia hasta el octavo grado.
Cuando los estudiantes concluyen este ciclo, el bachillerato lo realizan en los liceos La Reforma o La Esperanza. Hay una Iglesia Católica y muchas iglesias evangélicas, casi una por calle, al igual que bancas de lotería.
La población haitiana es representativa y en su mayoría se dedican a la venta de ropas y otros artículos.
“El modo de vida de nosotros es variado, unos trabajan en la zona franca, los más jóvenes trabajan en tiendas, muchas mujeres en casas de familia y hay mucha gente trabajando en motoconcho. De esa mera nos sustentamos”, dice Juan Castro.