SANTO DOMINGO.-Como un fracaso fue calificado el plan de regulación de motoconchistas iniciado por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), en el 2022 en el que apenas 900 de estos lograron regularizar su estatus.
De acuerdo con el presidente de la Federación Nacional de Motoconchistas (Fenamoto), Oscar Almánzar, quien aglutina en esa organización más de 40 mil afiliados en 27 provincias del país y el Gran Santo Domingo unos 10 mil, pese a que los motociclistas dominan con más de 3 millones el parque vehicular del país, ese proceso quedó trunco.
“Aunque el presidente Luis Abinader tenía buenas intenciones, eso no funcionó porque solo abarcaron novecientas motocicletas a nivel global y el resto de quedó, eso era para contribuir con la seguridad ciudadana como planteamos, pero aquí son muy teóricos pagan una millonada y no le dan participación a los que tienen conocimiento sobre el tema, y los planes se dañan por el protagonismo”, comentó Almanzar.
Abordado sobre la cantidad de usuarios que movilizan y el riesgo que corren, el representante de Fenamoto dijo que en el GSD cada uno de sus afiliados echa un mínimo de diez viajes por día transportando personas a sus trabajos a través de las mil 20 paradas que tienen establecidas, al margen, están los de las aplicaciones digitales como Uber y DiDi Moto que ofrecen servicio hacia estaciones del Metro y diferentes puntos.
Seguridad
Para él, esto significa un importante grueso de usuarios que al igual que los motoconchistas requieren de más seguridad, y el plan no se completó por el impuesto de unos $600 pesos que cobraban.
“El problema que más afecta es la inseguridad, porque los motoconchistas no saben a quién montan, en ocasiones hasta delincuentes los abordan.
En las estadísticas pocos motoconchos están involucrados en accidentes, talvez de diez dos, aunque en término global sí es alto el índice de motocicletas envueltas, no así los motoconchistas”, añadió.
Mejora vs. seguridad
Educación
Óscar Almanzar propone iniciar la educación vial para ese segmento por parte del Intrant y la Digesett en coordinación con grupos que conforman el quehacer, ya que no se concreta esa labor en 24 años que llevan formalizados.
