Santo Domingo.-Mientras Inocencio Javier aprecia una sensible mejoría en su hábitat por la construcción de la avenida “Paseo del Río”, cuyo primer tramo se ha integrado como un espacio de recreación para los moradores del barrio “Los Guandules”, los que habitan en la margen oriental del río Ozama ahora más que nunca se sienten que son “el otro lado”, donde nada contiene la pobreza que parece desparramarse al agua.
“Me siento bien por la obra, todo se ve más limpio, llegamos aquí cuando no había nada; esto era pipiota y ciénaga. Nunca creímos que este momento iba a llegar ”, manifestó Javier, residente en el sector desde hace más 45 años.
Los casi dos kilómetros de avenida de concreto, que redescubrió la belleza del río Ozama, se ha convertido en una especie de parque urbano donde la gente camina, se sienta en los bancos y monta bicicleta, aunque también han tenido que echar sus pleitos para que motociclistas no lo conviertan en pista de carrera.
“Ojalá que no nos saquen de aquí para darle esto a los ricos, porque esto ha quedado muy bonito”, dice con cierto escepticismo doña Lucinda, una conversadora mujer que muestra con su dedo índice derecho el alto donde está su vivienda.
Ahora al salir de la casa tiene una especie de mirador con el río de fondo, pero tapizado por la imagen de las casuchas desparramándose en la margen oriental, como si las casas fueran a ir a parar a las aguas del Ozama.
Envidia sana
Los moradores del sector INVI, de Los Mina, ahora ven con una especie de “envidia sana” a sus vecinos del frente, como describía Meregildo Arias.
Para ir al sector de INVI por el puente de “La 17” hay que cruzar al lado del tramo de la avenida, desde donde se ve también el trazado de las etapas siguientes.
Luego al doblar a la derecha, la avenida tapa la dimensión de lo que hay detrás de los callejones.
Más que un cinturón de miseria, es una sábana de pobreza que se desprende desde lo alto hasta caer al río.
El denominador común es el hacinamiento y las casas destartaladas, más de cinco personas viviendo en hasta 20 metros cuadrados con casas de madera y en la medida que más se acerca al río, las precariedades son más notorias.
“Ojalá algún día se pueda hacer lo que están haciendo del otro lado, pero lo veo difícil”, externa Arias, quien a pesar de su sentencia, sonríe. Las mejoras urbanas en el proyecto “Domingo Savio” han elevado la calidad de vida de la gente, aunque su nivel de ingresos familiares sea el mismo, y así lo reconocen muchos de los moradores.
Proyecto urbano
El nuevo “Domingo Savio” emula el proyecto de intervención urbana integral como ocurrió en la Nueva Barquita. Casualmente, personas que vivían en las zonas más vulnerables de los sectores “La Ciénega” y “Los Guandules” terminaron viviendo en la Nueva Barquita y, por tanto, conocen el modelo de intervención.
El proceso en “Domingo Savio” tuvo la peculiaridad de que no se implementaron los desalojos como se tenía acostumbrado, sino que se basó en un modelo de compra de inmuebles, aunque fueran construcciones ilegales para que las familias se mudaran a otros lugares.
En los casos donde las personas no tenían derecho de propiedad, por ser inquilinos o “arrimaos”, se les daba una compensación menor para que tuviera con qué buscar dónde vivir.
Más de 700 familias
— Cifras
Desde 2018, más de 700 familias fueron desalojadas para iniciar el proceso de rehabilitación de esa zona del Distrito Nacional, proceso iniciado por el expresidente Danilo Medina para mejorar calidad de vida de residentes.
‘Paseo del Río’ cambió el rostro del barrio
Obra. El primer tramo de la avenida “Paseo del Río”, que recorre la parte del barrio de “Los Guandules” que da a la orilla del río Ozama, se construyó con una inversión de 1,600 millones de pesos.
La primera etapa del proyecto, ejecutado por la Unidad Ejecutora para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE), contará con un plan piloto de autobuses, incluyendo eléctricos, que estarán interconectados con la primera línea del Teleférico y del Metro de Santo Domingo.
La obra tiene un impacto en los sectores Los Guandules, La Ciénaga y Gualey para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Tomado de El Día