Montecristi es la primada del Noroeste, tierra coronada de episodios que conjugan en el tiempo y el espacio. Su historia tiene remembranzas del esplendor de Marién y reminiscencia de las pompas coloniales. Se cuela por sus calles la esencia de José Martín, recorriendo la ciudad sucio de estrella y hambriento de libertades.
El nombre de Monte Cristo esta asociado a los días en que Cristóbal Colon exploraba aquellas tierras prodigiosas .El viernes 4 de enero del año 1493 cuando el descubridor navegaba próximo a las costas, quedo profundamente emocionado con la impresión visual que dejo en le la esbelta colonia de Morro. Se le pareció tanto a Gólgota donde murió crucificado el divino Galilea que exclamó ¡Monte de Cristo!
Desde entonces comenzaron a aparecer cartas, diarios y trabajos Cartográficos de la con el nombre de Monte Chisti o Montechisty . De primera intención el nombre solo se refería a los encantos naturales que representable Morro y sus colonias , pero con el tiempo se fue aplicando a todo el entorno con el paso inexorable de los años servirían para bautizar una progresista villa.
En 1506, bajo las órdenes del Comendador Fray Nicolás de Ovando, se crea la villa de Montecristi, habitada por los indios taínos. Para 1533 la villa es remozada con la traída de 60 labradores desde la madre patria. Estos emigrantes vinieron con sus familias para dinamizar los planes colonizadores de la metrópoli.
Para 1606, Monte Cristi fue destruida por las llamadas devastaciones de Osorio; parte de sus habitantes y algunas de sus reses fueron trasladadas para conjuntamente con los de Puerto Plata en las inmediaciones donde hoy existe la ciudad del mismo nombre.
En 1737, al puerto donde antes existió el poblado de Montecristi, se le concedió una gracia de diez años para comercializar con barcos neutrales, esto es, barcos que no procedieran de países en guerra con España. Con esta medida vuelve la prosperidad y toma asiento en esos predios.
Fue tanto el crecimiento económico, que con los excedentes se reeditó en 1570 la devastada Villa de Puerto Plata, y un siglo y medio después del desastre de Osorio, en 1756 se restableció la Villa de Montecristi como un merecido tributo a su despegue económico.
Al momento de la ocupación haitiana (1822-1844), el país contaba con 25 villas o comunas con representación congresional, pero Boyer decidió que solo 14 debían mantener esa representación cameral, por lo que Monte Cristi consiguió seguir siendo representada por un diputado y un suplente.
Mediante el decreto No. 1765 8, emitido el 25 de marzo de 1879, el pujante poblado fue erigido en provincia con las siguientes comunes: San Fernando de Montecristi, común cabecera y los restantes municipios de Guayubín, Dajabón, Sabaneta y el puesto cantoral de Guaraguanó.
Para el 1887 9 la joven provincia tenía un movimiento económico de 45, 433.90 pesos mensual y contaba con cuatro escuelas, una por cada común, cada una con 17 estudiantes (10 varones y 7 hembras).
Con la fundación de la “Casa Jimenes y Cía” 10 propiedad de Juan Isidro Jiménez Pereyra, una empresa ligada al negocio de la madera, pero además exportadora e importadora, con representación comercial en Estados Unidos, Haití y varias ciudades europeas y con sucursales en Sabaneta y Santo Domingo, el regocijo económico se impregna en la ciudad. Monte Cristi se convirtió en la gran urbe, el contacto más expedito del país con el mundo exterior.
La tiranía de Lilís volvió trizas el emporio de Juan Isidro Jiménez, y la pobreza se apoderó de la ciudad nuevamente. Para el 1940 11 se instala la compañía bananera ´´ Grenada Company ´´ y nueva vez resurge el regocijo económico, de donde resulta que Manzanillo adquirió una importancia inusitada.
Al ser erigidas Sabaneta y Dajabón en provincias, Montecristi quedó constituida por los municipios de San Fernando de Montecristi, Guayubín y Villa Vásquez y más tarde se le agregaron Castañuelas, 12 Las Matas de Santa Cruz y Pepillo Salcedo.