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Mauricio Báez, homenaje a un líder obrero, transformada en obra social

Santo Domingo.-Aunque la persona que en vida se llamó Mauricio Báez fue un líder obrero legendario en la región Este del país que nació en San Cristóbal, su nombre trascendió al nivel nacional gracias a una organización que hace 59 años decidió honrarlo bautizándose con su nombre.

Una generación completa vincula más el nombre de Mauricio Báez con el barrio capitalino de Villa Juana que con la ciudad de La Romana, donde el líder obrero se destacó.

Si la intención del grupo que hace 59 años fundó ese club era honrar a Mauricio Báez, asesinado en 1950 en Cuba, alcanzado por el largo brazo de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, lo han logrado pues esa institución se ha convertido en un modelo de gestión comunitaria, integrando a varias generaciones al trabajo por mejorar las condiciones de vida de Villa Juana y sectores circundantes.

Sus inicios
Empezó como un club deportivo y cultural en tiempos convulsos donde ese tipo de espacios eran vistos como reservorios de grupos izquierdistas.

Logró superar esa época y adecuarse a los cambios que marcaban la nueva ola democrática que se instauró en 1978 cuando se produjo la salida del poder de Joaquín Balaguer para darle paso al gobierno encabezado por dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano.

Con el tiempo parió una fundación que expande sus acciones al deporte, la cultura, la salud, la educación y la asistencia social que corre sobre una estructura en la que las nuevas generaciones llevan las riendas del día a día, pero con la mirada de las antiguas generaciones.

El deporte
Sus éxitos deportivos han sido tantos que a cualquiera causaría extrañeza que este espacio no se haya colocado en la sección de deportes. En esta materia su buque insignia ha sido el baloncesto, con ocho coronas del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional, dos miembros del salón de la fama del deporte dominicano (Boyón Domínguez y Nelly Manuel Doñé) y numerosos campeonatos de categorías menores en baloncesto.

En deportes también tiene equipos de voleibol, ciclismo, atletismo y taekwondo y otros más de conjunto y combate.
Pero es mucho más que eso.

Diversificación
Los colores azul y amarillo que lo identifican se expande al área de educación donde cuenta con un liceo en el que atienden a 1,700 estudiantes de niveles primario y secundario, incluyendo un liceo nocturno.

Para hacer más efectiva el sistema de tanda extendida tienen en proyecto la construcción de un comedor. La institución ya se ha hecho del solar, justo al lado de la escuela, para la ejecución de ese proyecto el cual contempla incluir programas de arte y deporte para vincular esas actividades a la educación.

Tiempos de Covid
La Fundación “Mauricio Báez”, hermana menor del Club, también ha expandido sus labores sociales a la salud con un dispensario médico que se prepara para ser habilitado como Centro de Atención Primaria y Diagnóstico.

La institución fue de las más activas, primero haciendo pruebas del Covid-19 durante la pandemia, y luego en las jornadas de vacunación.

“Fue una experiencia única, pues nos tocó hacer hasta más de mil pruebas al día, cuando estas escaseaban en el mundo entero.

Tuvimos que convertir un programa de prevención de enfermedades cardíacas con el doctor Pedro Ureña a un plan de pruebas de Covid-19 y luego de vacunación contra el virus”, expresa César Heredia, presidente de la Fundación.

El Centro Cultural de la Fundación, que cuenta con un auditorio con capacidad para 400 personas, se debió transformar en un gran centro de detección y vacunación contra el Covid-19 apoyado por una gran cantidad de personas de la comunidad.

El centro cultural
En adición a la educación y la salud, la Fundación Mauricio Báez tiene un centro cultural con escuela de danza, teatro, música y multimedia para complementar la oferta de alternativas sanas para la juventud capitalina.

Cientos de niños y niñas desarrollan sus habilidades artísticas, ya sea con el canto, el baila o la pintura, entre los espacios creados para ellos en el Centro.

Esa cuadra de Villa Juana ha logrado rendir honor al aspiracional griego de “cuerpo sano en mente sana”, al combinar allí el deporte, la educación y la cultura.

Los patriarcas
Efectivamente entre el Club y la Fundación Mauricio Báez se da una combinación de todas las generaciones con funciones de relevancia. Una generación representada por Boyón Domínguez y otra más reciente encarnada en César Heredia, dirigen el Club y la Fundación, respectivamente.

Pero no andan a ciegas pues sus antecesores, los responsables de haber construido esa institución se han quedado con funciones de asesores o consultores, algunos de ellos “ad vitan”, como es el caso del periodista Leo Corporán o los custodios de la transparencia como Federico Lalane José.

“La juventud tiene el ímpetu que se necesita. Nosotros estamos a su lado para que puedan auxiliarse de la experiencia que otros han acumulado”, expresa Leo Corporán.

El Desayuno

— Tradición
El Club Mauricio Báez ha convertido en tradición sus desayunos anuales, donde se reúnen personalidades de todos los segmentos sociales y económicos en una especie de respaldo a esa modalidad de acción comunitaria.