Continúa sin descanso el éxodo de inmigrantes hacia Italia desde las costas de Libia. Más de 8.000 han llegado a diversos puertos sicilianos en las últimas 48 horas. Solo el lunes fueron salvados más de 5.000 que viajaban en cinco barcazas y 18 lanchas neumáticas.
En las operaciones de rescate han intervenido 14 naves, en su mayoría pertenecientes a la misión europea Frontex, y otras eran de organizaciones no gubernamentales. En este año se está batiendo el récord de nuevos inmigrantes en Italia: Desde enero hasta hoy han llegado más de 94.000, la gran mayoría procedentes de países africanos, de Siria (3.480), Irak (1.382) y Bangladesh (4.645), según fuentes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Esta ola de desembarcos es motivo de creciente preocupación. Renato Brunetta, jefe del grupo parlamentario de Forza Italia en la Cámara de diputados ha pedido al ministro del Interior, Marco Minniti, que se bloqueen en el Mediterráneo las naves de inmigrantes que se dirigen hacia Italia, al tiempo que se exige a la Unión Europea que sean desviadas a puertos de otros países mediterráneos.
Esta posición del líder de Forza Italia en la Cámara de Diputados ha creado cierta polémica política y supone un giro hacia posiciones más radicales por parte del partido de Silvio Berlusconi en el tema de inmigración.
Creciente rechazo a la inmigración
Sin duda, contribuye a ello el sentimiento que existe en estos momentos en la opinión pública, cada vez más contraria a la inmigración. El fiscal nacional anti-mafia y anti-terrorismo, Franco Roberti, ha admitido que esta ola de desembarcos puede ser peligrosa: «Desgraciadamente, así es; constituyen una amenaza a la seguridad de nuestro país».
A aumentar la inquietud contribuyen algunos episodios, como el registrado en la carretera entre Catania y Gela (Sicilia), bloqueada por cientos de inmigrantes en protesta por las normas de seguridad que se aplican en el centro de acogida de Cara di Mineo, en la provincia de Catania, uno de los más grandes de Europa, con 3.000 inmigrantes. Entre las normas que los inmigrantes rechazan están la prohibición de cocinar en el interno de sus casetas o la de vender objetos.