Los líderes del partido anuncian que tienen los apoyos necesarios. Trump se ha implicado personalmente para conseguir votos en los últimos días.
La mayor batalla política entre republicanos y demócratas de los últimos siete años puede decidirse este jueves. El partido de Donald Trump ha anunciado que someterá a votación una ley para desmantelar el sistema sanitario de Barack Obama y reemplazarlo por uno nuevo. Si sale adelante, los republicanos habrán logrado cumplir la promesa que han mantenido desde 2010, cuando se aprobó Obamacare, la pieza clave del legado del demócrata. Trump, que también saldará su mayor compromiso electoral si finalmente logra eliminar el sistema de su antecesor, ha conversado con varios legisladores en los últimos días para conseguir su respaldo.
“Tenemos los votos suficientes”, anunció este jueves Kevin McCarthy, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes. McCarthy pronunció las palabras mágicas después de duras negociaciones para evitar una nueva derrota tanto a Trump como al presidente de la Cámara, Paul Ryan, que ha fracasado en los dos intentos anteriores de someter a votación esta ley. Los demócratas ya han anunciado que se opondrán en bloque al texto.
Trump puede estar a las puertas de su primera gran victoria legislativa en el poder. Sin embargo, el marco de la batalla da una idea de la complejidad y la excepcionalidad de la situación actual en Washington. Cuando Obama ocupaba la Casa Blanca, los republicanos votaron hasta 40 veces para revocar su sistema sanitario. Solo lograron sacar adelante la ley una vez y el presidente demócrata la vetó. Ahora, a pesar de contar con un proyecto legal preparado y de tener el respaldo del presidente Trump, los republicanos tienen dificultades para sellar el texto.
La razón es que, en un giro sorprendente, muchos de ellos se han convertido en grandes defensores de algunos de los principios del sistema conocido como Obamacare. Esta misma semana, uno de los republicanos moderados se negó a respaldar la propuesta de Trump porque eliminaba las garantías de cobertura privada a personas que padecen enfermedades desde antes de contratar un seguro, conocidas como “condiciones preexistentes”.
En respuesta, el presidente le invitó a visitar personalmente la Casa Blanca este jueves y se comprometió a destinar más fondos —8.000 millones de dólares— para cubrir las necesidades de estos pacientes. El gesto de Trump, sin embargo, no garantiza ni que esos recursos sean suficientes ni que el texto definitivo garantice al 100% que ningún estadounidense sea rechazado por las aseguradoras. Según fuentes consultadas por los medios y que han tenido acceso al texto, la ley todavía contempla que los Estados puedan decidir qué condiciones preexistentes deben cubrir las aseguradoras.
Las negociaciones de los republicanos han tenido lugar en las últimas semanas a puerta cerrada, por lo que de los ciudadanos apenas han tenido acceso a los detalles del texto. La propuesta anterior, rechazada por los ultraconservadores del Freedom Caucus por considerar que seguía estableciendo demasiadas ayudas públicas, ya fue duramente criticada por las principales asociaciones médicas y por la Oficina de Presupuesto del Gobierno.
Este organismo alertó de que el proyecto de ley dejaría sin cobertura a 24 millones de estadounidenses a lo largo de los próximos 10 años y reduciría los programas públicos para personas sin recursos. Las cifras alimentaron la oposición de los republicanos más moderados a la ley, por lo que en esta ocasión los líderes del partido quieren someter el proyecto a voto antes de que se pronuncie la Oficina de Presupuesto, encargada de evaluar su impacto.
Si los republicanos consiguen aprobar el texto este jueves en la Cámara de Representantes, la ley pasará después a consideración del Senado, donde le augura un escenario aún más difícil. En la Cámara Alta los republicanos solo cuentan con seis senadores más que los demócratas —52 frente a 46, más dos independientes—, por lo que necesitaran de su apoyo para sacar adelante el proyecto estrella de Trump.
Qué incluye el proyecto de ley
Según medios estadounidenses que han accedido al texto provisional, el sistema sanitario de Donald Trump elimina los impuestos a las rentas más altas y a las aseguradoras para financiar las ayudas públicas para la salud. El proyecto de ley también contempla eliminar la obligación de contratar un seguro privado, así como los subsidios que se basaban en los ingresos del ciudadano. Estas ayudas dependerán ahora de la edad del asegurado y subirán en el caso de las personas entre 50 y 65 años. Los Estados tampoco podrán recurrir a fondos públicos para financiar la atención médica de personas sin recursos y también podrán elegir qué condiciones preexistentes cubren o no, a pesar de las garantías que promete Trump.
Una estimación del Center for American Progress, una organización progresista de Washington, asegura que el proyecto de ley supondrá un aumento de los costes para los ciudadanos, ya que el sistema no contará con lo recaudado a través de impuestos. Este ascenso será del 3.500% —142.000 dólares— en el caso de pacientes de cáncer, de un 208% —8.490 dólares— para casos de depresión o trastorno bipolar, de un 1.422% — 57.900 dólares — para infartados, y de un106% —hasta 4.300 dólares— en casos de asma.