El traslado de la Embajada desde Tel Aviv coincide con el 70º aniversario de la Nakba, el «desastre» para la población árabe
Estados Unidos trasladará su Embajada en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén el próximo mes de mayo, coincidiendo con el 70º aniversario de la fundación del Estado hebreo, el 14 de mayo de 1948, que los palestinos conmemoran como la Nakba, el «desastre» que supuso la pérdida territorial y el desplazamiento masivo de la población árabe de la Palestina bajo mandato británico. Esta decisión supone un adelanto sobre el calendario inicialmente previsto por Washington tras la declaración del presidente Donald Trump del pasado 6 de diciembre en la que reconoció Jerusalén como capital de Israel, y un nuevo revés diplomático para el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.
El secretario de Estado, Rex Tillerson había previsto un plazo de hasta dos años para el cambio de la legación diplomática, hasta que estuviera construida una nueva sede. Posteriormente, el vicepresidente Mike Pence recalcó hace un mes en una visita oficial a la Ciudad Santa que el traslado se llevaría a cabo antes del final de 2019. Sin previa comunicación, Tillerson ha firmado esta semana las autorizaciones para desbloquear el traslado de la Embajada.
La confirmación del Departamento de Estado se produjo después de que el ministro de Inteligencia de Israel, difundiera en su cuenta de Twitter un mensaje en el que felicitaba al presidente Trump por la decisión de un traslado próximo de la Embajada. “¡No hay mejor regalo que este! Es el paso más justo y correcto. ¡Muchas gracias, amigo!”, rezaba su tuit. El primer ministro Benjamín Netanyahu permanecía en silencio en pleno sabbat, el día festivo judío que se prolonga desde el atardecer del viernes hasta el ocaso del sábado, y en el que no está permitido el trabajo. Fuentes de la Oficina del Primer Ministro aseguraron que Netanyahu se pronunciaría sobre el asunto cuando se produjera una información oficial en Estados Unidos. Netanyahu, acosado por los escándalos de corrupción en la política interna israelí, recibe la decisión como un espaldarazo de Washington .
Quienes no tardaron en reaccionar fueron los dirigentes palestinos. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y veterano negociador con Israel, Saeb Erekat, afirmó que “tras la decisión de EE UU de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, el traslado de la Embajada en vísperas del 70º aniversario de la Nakba (catástrofe o desastre, en árabe) —la limpieza étnica de al menos 418 poblaciones palestinas y desplazamiento forzoso de dos tercios de nuestro pueblo— muestra la determinación de la Administración de EE UU de violar la legislación internacional, destruir la solución de los dos Estados y de herir los sentimientos de los palestinos, así como de todo los árabes, musulmanes y cristianos en todo el globo”.
Erekat insistió en que el cambio de localización de la legación viola la resolución 478 del Consejo de Seguridad, que siempre ha mantenido que el estatuto final de Jerusalén dependerá de las negociaciones de paz entre ambas partes. “El presidente Trump y su equipo han descalificado a EE UU como mediador para alcanzar una solución entre israelíes y palestinos”, enfatizó el dirigente palestino, “y ahora son vistos por el mundo como una parte del problema. Jerusalén Este es la capital del Estado de Palestina y parte integral del territorio que Isarel ocupa desde 1967″.
La Embajada estará inicialmente localizada en el distrito de Arnona de Jerusalén, situado en la zona sur de la ciudad, cerca de la antigua Línea Verde que separaba la zona occidental bajo control israelí de la parte Este que fue conquistada y anexionada por Israel tras la Guerra de los Seis Días, en 1967. La ubicación puede resultar polémica precisamente por su proximidad a la zona tapón o de separación establecida en el armisticio de 1949, que puso fin a la guerra con varios países árabes cuando Isarel declaró su independencia.
La legación se situará provisionalmente en un edificio en el que que actualmente se prestan servicios del Consulado General de EE UU en Jerusalén. En un principio, en esta nueva ubicación se instalará el embajador David Friedman —un judío ortodoxo que ha colaborado en el pasado con asentamientos de colonos en Cisjordania— con un pequeño equipo, en tanto se construye la nueva sede diplomática en una localización aún no determinada.