El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, presentó en la cumbre de Bruselas la nueva política migratoria dictada por la xenófoba Liga Norte, cuyo secretario Matteo Salvini, es el auténtico líder del gobierno desde su puesto de vicepresidente y ministro del Interior. El plan italiano se denomina «Estrategia europea multilateral para la inmigración» y consta de 10 objetivos y de la siguiente premisa: «Europa está llamada a un desafío crucial. Si no logra realizar una eficaz política de regulación y gestión de los flujos migratorios, corre el riesgo de perder credibilidad todo el edificio europeo».
El gobierno italiano propone que «se abran centros de protección internacional en los países de tránsito, para valorar las peticiones de asilo y ofrecer asistencia jurídica a los inmigrantes». Esos centros tendrán también el objetivo de permitir las repatriaciones. Además de plantear el «reforzamiento de las fronteras externas», un punto esencial del plan italiano es la «superación del acuerdo de Dublín» (el inmigrante pide asilo en el país en que desembarca): «Nació con otros objetivos y es ya insuficiente –afirma el gobierno italiano- Solo el 7 % de los inmigrantes son refugiados (con derecho a asilo).
Sin una intervención adecuada, corremos el riesgo de perder la posibilidad de adoptar un instrumento europeo realmente eficaz. El sistema común europeo de asilo hoy está fundado sobre una paradoja: Los derechos son reconocidos solo si las personas logran alcanzar Europa, poco importa a qué precio». En línea con este punto, y con el objetivo de superar el Convenio de Dublin, Italia propone: «Se debe superar el criterio de país primero de llegada. Quien desembarca en Italia, desembarca en Europa. Hay que reafirmar la responsabilidad-solidaridad como binomio, no como dualismo. Está en juego el acuerdo de Schengen«. Finalmente, otro punto fundamental desde el que ha partido el gobierno populista en su política migratoria es el siguiente: «Es responsabilidad común de los Estados miembros sobre los naufragios en el mar. No puede recaer todo sobre los países de primer desembarco«.
Destaca el plan italiano que «no podemos llevar todos los inmigrantes a Italia o a España. Son necesarios centros de acogida en diversos países europeos». Por último, el gobierno italiano subraya que «cada Estado establece cuotas de ingreso de inmigrantes económicos, Es un principio que va respetado, pero –concluye el documento- se deben prever contramedidas financieras adecuadas con relación a los Estados que no se ofrecen a acoger inmigrantes». Se trata de una clara referencia a los países de Visegrado: Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia.