El consumo habitual de ultraprocesados acarrea un mayor riesgo de padecer demencia según un estudio de la Universidad de Sao Paulo
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Brasil) han descubierto que un mayor porcentaje de consumo energético diario de alimentos ultraprocesados está asociado con el deterioro cognitivo.
Este estudio, publicado en la revista científica ‘JAMA Neurology’ y que ha incluido a 10.775 adultos de una muestra étnicamente diversa, respalda las actuales recomendaciones de salud pública sobre limitar el consumo de alimentos ultraprocesados por su potencial perjuicio para la función cognitiva.
En declaraciones a SMC España, Carmen Romero Ferreiro, bióloga y bioestadística de la Unidad de Investigación y Soporte Científico del Instituto de Investigación Hospital Universitario 12 de Octubre y profesora del Grado en Nutrición en la Universidad Francisco de Vitoria, ha resaltado que «este estudio es sin duda un avance más en el conocimiento del efecto negativo de los ultraprocesados en la salud, en este caso en aspectos cognitivos«.
La evaluación del deterioro cognitivo en esta investigación se llevó a cabo a través de pruebas que evaluaban la memoria y las funciones ejecutivas. Se evaluaron los cambios en estas pruebas a lo largo del tiempo, con un seguimiento de entre 6 y 10 años.
Los resultados apuntan a que las personas con mayor consumo de ultraprocesados tienen un deterioro cognitivo más rápido en el tiempo. En concreto, reportan una tasa de deterioro un 28 por ciento más rápida en comparación con aquellos que consumían menor cantidad de alimentos ultraprocesados.
«Puesto que la función cognitiva intacta es clave para envejecer con éxito, estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de reducir el consumo de este tipo de alimentos para mantener la salud cognitiva a largo plazo«, ha resaltado la experta.
«Es novedoso porque hay muy pocos estudios sobre los efectos de los ultraprocesados en cognición. No hay limitaciones importantes. Las variables de confusión son correctas», ha destacad Jordi Júlvez, jefe de grupo del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) e investigador asociado del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGLOBAL) .
«El estudio es original y se basa en una muestra grande pero no completamente representativa de la población, puesto que solo incluye funcionarios públicos de edad adulta. La metodología empleada es buena y tiene en cuenta los principales factores de confusión, aunque existen algunas limitaciones en el estudio, como por ejemplo que solo se recogieron datos de dieta al inicio del estudio y no a lo largo del seguimiento, ignorándose así los posibles cambios en los hábitos alimentarios que pudieron tener los sujetos«, ha agregado Romero Ferreiro.