Con el Grito de Capotillo, en Dajabón, empezó la confrontación contra las tropas españolas hace 158 años
Se conmemora este 16 de agosto el 158 aniversario de la Guerra de la Restauración de la República Dominicana, uno de los grandes triunfos del pueblo en su dilatada lucha por la libertad.
Con el Grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863, empezó la gesta librada por los dominicanos para recuperar la independencia perdida, tras producirse la anexión a España, gestionada por el caudillo Pedro Santana, quien prometió entonces que la alianza con la nación europea le daría paz y progreso al pueblo.
No obstante, en el alma popular se mantenía el deseo de que se restableciera la independencia, lograda en el 1844, y se combatió intensamente para lograrlo. La guerra finalizó el 11 de julio de 1865, luego de que fueran derrotadas las tropas españolas.
Sobre el 158 aniversario del gran acontecimiento, en un mensaje la Academia Dominicana de la Historia expresó: “Desde Capotillo hasta a Higüey y desde Puerto Plata hasta San Juan de la Maguana, uno de los ejércitos imperiales del siglo XIX conoció de la decisión indoblegable de los dominicanos que lo redujo a la insignificancia, volviendo el país a constituirse en la ‘república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera’ como lo postulara Juan Pablo Duarte en el juramento trinitario”.
Causas de la anexión a España
La declaración de Santana sobre la anexión a España fue recibida por el pueblo con un marcado desprecio, lo cual reflejaba su rechazo al intento de homicidio contra la República Dominicana.
“La escena que ha tenido lugar en la Plaza de Armas en la mañana de este día, justifica plenamente que el pronunciamiento de anexión a favor de España no es la obra de una voluntad libre sino de la obediencia pasiva de unos cuantos soldados desarmados que asistieron como pueblo en unión de los recién llegados colonos españoles”, dijeron en un comunicado de protesta los senadores Pedro Pablo Bonilla, Melitón Valverde y Manuel María Valverde.
En la época se creía que se produciría otra invasión haitiana y que el país no contaba con fuerzas ni recursos para protegerse del peligro. Santana hacía gestiones para lograr el protectorado de España. En el 1859, el general Felipe Alfau, hombre de confianza del gobernante, le planteó a la reina de España, Isabel II, los beneficios que podría obtener de un protectorado.
En esa etapa, el país europeo tenía motivos para interesarse por la anexión, ya que mantenía a Cuba y Puerto Rico como colonias y recuperar el territorio dominicano afianzaría su posición de dominio geopolítico en el Caribe, amenazado por el expansionismo de los Estados Unidos. Además, la parte oriental de la antigua isla de Santo Domingo podría constituir una buena fuente para obtener materias primas.
Implicaciones de la anexión
Con la anexión, la República Dominicana perdió su soberanía y se convirtió en una provincia de España. En consecuencia, el control militar y político de su territorio era ejercido por autoridades españolas.
En su gran mayoría, los dominicanos rechazaban la anexión, pero el general Santana había simulado ante España que el pueblo la apoyaba.
Uno de los que se opuso a la anexión fue el padre Fernando Arturo de Meriño. Y un notable intento por frenar el protectorado lo hizo el patriota Francisco del Rosario Sánchez, pero fue fusilado el 4 de julio de 1861, luego de que entrara a la República Dominicana por Haití al mando de una expedición, junto a otros compañeros, quienes también fueron ejecutados.
Los héroes
Los principales héroes de la guerra restauradora fueron Gaspar Polanco, José María Cabral, Gregorio Luperón, Ulises Francisco Espaillat, Santiago Rodríguez, Benigno Filomeno de Rojas, Benito Monción, Pedro Francisco Bonó, Federico de Jesús García, José Antonio Salcedo, Lucas Evangelista de Peña, Máximo Grullón, Pedro Antonio Pimentel, Pedro Ignacio Espaillat y Ricardo Curiel.
Según algunos historiadores, la Restauración ha sido el acontecimiento histórico más importante de la República Dominicana porque en el conflicto tomó parte directa y activa el pueblo y fue una guerra popular, anticolonial y antillanista.
El pueblo peleó, aunque estaba mal armado, pero con su inmenso valor e inteligencia pudo vencer.
Tomado de https://www.diariolibre.com