SANTO DOMINGO. La noche del 27 de febrero de 1844, cuando fue proclamada la Independencia Nacional, la bandera flameó por primera vez bajo cielo dominicano, como símbolo de la nueva nación, soñado y concebido por Juan Pablo Duarte, ideólogo de la emancipación que quebró 22 años de dominio haitiano en la parte Este de la isla de Santo Domingo.
A pesar de que las prisas y las presiones de las últimas horas de esa histórica jornada independentista se reflejaron en el pabellón alzado en la Puerta del Conde, en verdad Duarte había concebido con suficiente anticipación cómo debía ser la bandera, lo cual consta en el juramento de los miembros de la sociedad La Trinitaria, efectuado el 16 de julio de 1838.
En ese juramento se decía que la nueva nación se denominaría República Dominicana y tendría “un pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules atravesado por una cruz blanca…”.
El historiador Vetilio Alfau Durán cuenta, en “Mujeres de la Independencia”, texto publicado por el Archivo General de la Nación, que Concepción Bona “había cumplido 19 años cuando confeccionó con patriótico entusiasmo y con nerviosidad femenil la primera bandera nacional”, tarea en la que estuvo acompañada por María de Jesús Pina.
También a la heroína María Trinidad Sánchez, fusilada en el 1845 en el gobierno de Pedro Santana, se le atribuye haber participado en la elaboración del pabellón.
Tras la declaración de la Independencia, la Junta Central Gubernativa envío una goleta-bergantín a buscar al patricio Duarte a Curazao, donde se había exiliado para evadir la persecución haitiana, y en esta nave denominada “Leonor”, propiedad de Rothschild, Coén y compañía, ondeó por primera vez en el mar la bandera dominicana.
En la Constitución dominicana vigente, en el artículo 31, dice: “La Bandera Nacional se compone de los colores azul ultramar y rojo bermellón, en cuarteles alternados, colocados de tal modo que el azul quede hacia la parte superior del asta, separados por una cruz blanca del ancho de la mitad de la altura de un cuartel y que lleve en el centro el Escudo Nacional. La bandera mercante es la misma que la nacional sin escudo”.
¿Cómo fue realmente la primera bandera?
Existen testimonios que revelan que la bandera que flotó la noche de la independencia era el mismo pabellón haitiano, al que se le agregó una cruz en el centro. Ese blasón tenía dos franjas, azul arriba y rojo abajo, atravesados por una cruz blanca.
De acuerdo al historiador Rufino Martínez, las primeras banderas fueron confeccionadas por María Trinidad Sánchez y un grupo de mujeres entre las que citó a Concepción Bona, Isabel Sosa y María de Jesús Piña.
“La bandera que ella (Sánchez) confeccionara en los días anteriores a la fundación de la República, no tuvo, en el sentido de prioridad, el gran valor que por un tiempo se le quiso conceder, como tampoco lo alcanzó ninguna otra bandera atribuida a las manos de mujer con la misma finalidad, ya que la primera enarbolada en el Baluarte del Conde fue la adaptada de una que suministró el guarda-almacén del Gobierno Haitiano”, asegura Martínez en la entrada “Sánchez, María Trinidad”, de su “Diccionario Biográfico-Histórico Dominicano (1821-1930)”.
La historiografía da cuenta de que correspondió a las hermanas María del Carmen, María Francisca y Manuela Villa del Orbe coser la primera bandera enarbolada en el Cibao, el día 4 de marzo de 1844, específicamente en La Vega.
El dato sobre el uso dado en un primer momento a la bandera haitiana es corroborado por el también historiador Orlando Inoa en su “Biografía de Juan Pablo Duarte”, donde al respecto escribe que la llegada de Duarte a su casa, tras volver del exilio el 14 de marzo de 1844, fue muy emotiva.
“A las dos de la tarde notó Sánchez que la casa de los Duarte, que no cesaba de recibir visitantes, no tenía bandera por lo que tomó varias haitianas y pidió unos velos blancos y él mismo formó con ellos una bandera que colocó en las ventanas con aplausos de todos. Sánchez lo que hizo fue adherir los velos blancos en forma de cruz sobre una bandera haitiana”, escribió el autor.
A continuación Inoa afirma que la bandera dominicana que se izó en la Puerta del Conde fue la misma haitiana con una cruz blanca en el centro que la dividió en cuartos.
Asegura que así lo describe el cónsul francés en una carta enviada al ministro Guizot cuando le dice: “Olvidaba hablarle a Vuestra Excelencia del pabellón adoptado por los dominicanos. Se compone de dos bandas horizontales, azul y roja, cortadas a lo largo por una cruz blanca”.
Inoa señala que lo anterior lo confirma el historiador haitiano Thomas Madiou (Histoire d’Haiti, quien sostiene que Celigne Ardoin, quien estuvo en la parte Este cuando se produjo la Independencia, dijo: “que a la vuelta a Haití, el 29 de mayo de 1844, ‘en la bahía de Ocoa encontramos dos corsarios que llevaban la bandera dominicana (la bandera haitiana atravesada por una cruz blanca)’”.
Posteriormente, el 6 de noviembre de 1844, el Congreso Constituyente, instalado en San Cristóbal, promulgó la primera Constitución de la República, en la que quedó adoptada la Bandera Nacional como símbolo de la Patria, alternando un cuartel azul por rojo, para hacerla más armoniosa y una de las más bellas banderas del mundo.
La proclamación de la independencia
La Independencia Nacional fue anunciada el memorable 27 de febrero de 1844, con la participación de unas doscientas personas, refiere Inoa y señala que no acudieron todos los que fueron convocados al magno evento efectuado en la ciudad intramuros.
“Muchos de los que participaron en la proclamación de la República Dominicana coinciden en que Duarte fue la figura aglutinante del grupo. Así lo atestiguan cincuenticinco oficiales del ejército dominicano cuando tres meses después de la Independencia, en carta a la Junta Central Gubernativa escribieron “… que su nombre fue invocado inmediatamente después de Dios, Patria y Libertad; y considerándole siempre como el Caudillo de la Revolución, no obstante no haber asistido a la jornada del 27 de febrero por estar expulso del país”, escribió.
Como parte de los aprestos para lograr la ansiada liberación, un grupo de jóvenes, encabezados por Duarte, se reunió el 16 de julio de 1838 para la juramentación de la sociedad La Trinitaria, que se encargó de organizar la lucha que culminó con la proclamación de la liberación.