La incertidumbre se apodera de los moradores del sector Los Guandules, próximo al río Ozama, por las notificaciones con plazos fatales para que abandonen sus techos, aunque con muchos todavía la Unidad para el Reordenamiento de La Barquita y Entorno (URBE) todavía no haya negociado el valor de las propiedades.
La preocupación es palpable en inquilinos y propietarios, debido a que las autoridades entregan la indemnización en el momento en que las brigadas montan los tratos en los camiones, proceso que debía producirse antes para tener tiempo de buscar un nuevo hogar.
El miércoles, brigadas de Urbe se presentaron a la zona y desalojaron a las primeras 25 familias, a quienes montaron sus ajuares en camiones cerrados y trasladados a los lugares que indicara el afectado.
Hasta el medio día de ayer las brigadas no habían vuelto a Los Guandules, barrio que junto a La Ciénaga forman parte de Domingo Savio, un ambicioso proyecto del gobierno que tendrá una inversión de RD$4000 millones y que busca sanear la ribera del río Ozama.
Nereida Santana, pastora de la iglesia Pentecostal, tiene una iglesia en la zona a intervenir, aunque Urbe les envió una comunicación para que desocupe, no han llegado a negociación, lo que la mantiene en una incertidumbre.
Deplora el trato que las autoridades brindan a los propietarios de viviendas, a quienes las compensaciones los dejan prácticamente en el aire, ya que oscilan entre 13 y 100 mil pesos, mientras que a los inquilinos el dinero entregados sobrepasa los RD$400 mil.
Marciano Tavera de León contemplaba lo que hasta ayer era una fuente de entrada mensual, su casa marcada con el número 21, y que fue derribada luego de entregarle RD$106 mil, mientras al inquilino RD$375 mil, quien se fue sonriente con rumbo desconocido, a pesar de que según dijo, tiene dos casas.
Johany Solís tiene su casa marcada con el número 17, pero no está dispuesta a abandonar su techo por la “bagatela” que ofrecen, porque no sabría hacia donde iría con sus tres hijos.
Sandy Batista, presidente de la junta de vecinos San Rafael, define como un “abuso de poder” lo que cometen las autoridades con los propietarios, que luego de sacrificios para levantar un techo lo que les ofrecen es una miseria.
De su lado, Oleysi Ramírez, una de cinco hermanos que heredó una casa debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez, la que fue derribada el miércoles sin darle un solo centavo.
Dijo que Urbe negoció con el inquilino, a espaldas de los dueños y sin mediar palabras derribaron la propiedad que su padre fallecido hace un año, levantó con mucho sacrificio.
La semana pasada el director de Urbe, José Miguel González Cuadra, informó que negociarían con las personas de manera particular, sin intermediarios.
En el Presupuesto de la República del presente año hay consignado RD$2000 millones para la primera parte del proyecto Domingo Savio, que contempla desocupar a 1,400 familias que habitan más próximo al río Ozama, en La Ciénaga y Los Guandules, antes que entre el 2019. La incertidumbre se apodera de los moradores del sector Los Guandules, próximo al río Ozama, por las notificaciones con plazos fatales para que abandonen sus techos, aunque con muchos todavía la Unidad para el Reordenamiento de La Barquita y Entorno (URBE) todavía no haya negociado el valor de las propiedades.
La preocupación es palpable en inquilinos y propietarios, debido a que las autoridades entregan la indemnización en el momento en que las brigadas montan los tratos en los camiones, proceso que debía producirse antes para tener tiempo de buscar un nuevo hogar.
El miércoles, brigadas de Urbe se presentaron a la zona y desalojaron a las primeras 25 familias, a quienes montaron sus ajuares en camiones cerrados y trasladados a los lugares que indicara el afectado.
Hasta el medio día de ayer las brigadas no habían vuelto a Los Guandules, barrio que junto a La Ciénaga forman parte de Domingo Savio, un ambicioso proyecto del gobierno que tendrá una inversión de RD$4000 millones y que busca sanear la ribera del río Ozama.
Nereida Santana, pastora de la iglesia Pentecostal, tiene una iglesia en la zona a intervenir, aunque Urbe les envió una comunicación para que desocupe, no han llegado a negociación, lo que la mantiene en una incertidumbre.
Deplora el trato que las autoridades brindan a los propietarios de viviendas, a quienes las compensaciones los dejan prácticamente en el aire, ya que oscilan entre 13 y 100 mil pesos, mientras que a los inquilinos el dinero entregados sobrepasa los RD$400 mil.
Marciano Tavera de León contemplaba lo que hasta ayer era una fuente de entrada mensual, su casa marcada con el número 21, y que fue derribada luego de entregarle RD$106 mil, mientras al inquilino RD$375 mil, quien se fue sonriente con rumbo desconocido, a pesar de que según dijo, tiene dos casas.
Johany Solís tiene su casa marcada con el número 17, pero no está dispuesta a abandonar su techo por la “bagatela” que ofrecen, porque no sabría hacia donde iría con sus tres hijos.
Sandy Batista, presidente de la junta de vecinos San Rafael, define como un “abuso de poder” lo que cometen las autoridades con los propietarios, que luego de sacrificios para levantar un techo lo que les ofrecen es una miseria.
De su lado, Oleysi Ramírez, una de cinco hermanos que heredó una casa debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez, la que fue derribada el miércoles sin darle un solo centavo.
Dijo que Urbe negoció con el inquilino, a espaldas de los dueños y sin mediar palabras derribaron la propiedad que su padre fallecido hace un año, levantó con mucho sacrificio.
La semana pasada el director de Urbe, José Miguel González Cuadra, informó que negociarían con las personas de manera particular, sin intermediarios.
En el Presupuesto de la República del presente año hay consignado RD$2000 millones para la primera parte del proyecto Domingo Savio, que contempla desocupar a 1,400 familias que habitan más próximo al río Ozama, en La Ciénaga y Los Guandules, antes que entre el 2019.