En el sector de Capotillo, al norte del Distrito Nacional la violencia es provocada por las autoridades con apagones de más de 14 horas, falta de aulas y estancias infantiles para los niños; de espacios para la práctica deportiva y la falta de fuentes de trabajo.
A esa conclusión llegaron dirigentes del Consejo Para el Desarrollo de Capotillo (Codeca), quienes exigen al presidente Danilo Medina que cumpla compromisos asumidos con ese sector, como la construcción de una escuela, un politécnico, tres estancias infantiles, cese de los apagones, reconstrucción del túnel y otras obras.
Carlos Ramos, vocero del Codeca, denunció que la calidad de vida de los moradores de Capotillo se deteriora cada día más con los constantes apagones, donde se escuda la delincuencia, el desempleo, falta de manejo de las aguas, entre otros.
Ramos, quien pertenece además al Espacio de Acción Popular 21 de Enero, deplora las precariedades en que se desenvuelve el sector educativo por falta de ampliación del politécnico Santa Clara de Asís, así como por la carencia de instancias infantiles, aprobadas por el Gobierno hace tres años.
En tanto que Rafael Rosario, encargado de educación de la Fundación Escoba exige la ampliación del liceo Capotillo, debido a que sólo en la tanda de la mañana asisten más de 700 estudiantes, en solo 12 aulas, lo que indica que hay 63 estudiantes por aula.
“Encima de esos no hay equipos de laboratorio, comedor, y necesita con urgencia un remozamiento para adaptarlo a la realidad de la comunidad”, precisa.
Confinados. Deploran que los jóvenes de Capotillo no cuenten con áreas de esparcimiento para que puedan desarrollar sus habilidades deportivas, urgiendo la construcción de un multiuso para que se mantengan lejos de vicios y la delincuencia, que no es peor por el trabajo comunitario.
Lamentan que la respuesta de las autoridades a sus reclamos haya sido la indiferencia, tratando de desviar la atención con la represión de la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
“Esta última, con la modalidad de ponerles drogas a ciudadanos que se encuentran ajenos al tráfico de estupefacientes”, subrayan.
Señalan que la falta de aulas es un problema grave en el lugar, ya que cientos de estudiantes deben salir a otros sectores a buscar el pan de la enseñanza.
Sin salud. Indican que más grave todavía es el problema de salud, ya que el hospital más cercano, el Francisco Moscoso Puello, está en proceso de reparación desde el año pasado y los servicios que ofrece son muy limitados.
Asimismo, mencionan que el otro centro asistencial más próximo es el Luis Eduardo Aybar (Morgan), cerrado desde hace varios años, situación que deja a los moradores de la zona sin el vital servicio sanitario.
A estas demandas se suma Josefina de Jesús, presidenta de la Fundación por la Educación y el Desarrollo Integral, tras recordar que en febrero de 2015 el Bloque de Organizaciones Sociales y Comunitarias de Capotillo, exigió el inicio de la escuela Los Manguitos y tres estancias infantiles que prometieron a la comunidad.