Escribir la biografía de este centauro, es un tanto difícil, ya que hasta hace breve tiempo era realmente poco lo que se conocía de este legendario hombre de nuestra historia.
Preguntas como quienes fueron sus progenitores o de donde procedían, quedan aún por responder formando parte del brumoso espectro que rodea la figura de este pro-hombre, aspecto que ha permitido el surgimiento de variadas especulaciones históricas, muchas de las cuales han ubicado su nacimiento en otras localidades.
Hace algunos años, queriendo esclarecer algunas de estas interrogantes, concerté una entrevista con la señora Aurelina Piña, a todas luces elemento de primer orden en el parentesco con el Coronel Elías Piña. Dama un tanto reservada, solía ser locuaz y responder con esmerado afán cada una de mis preguntas. Mi parentesco con el Coronel, procedía de que mi madre Hilaria Piña era hija del Capitán Tomás Ignacio Piña, que a su vez era hermano de Elías y el único que sobrevivió a los acontecimientos de Bánica. Eran tres hermanos y todos abrazaban la carrera de las armas.
Francisco y Tomas Ignacio alcanzaron el rango de Capitán, el primero en el Regimiento de Las Matas y el último en el Regimiento de Guardias Nacionales de la común de San Cristóbal. Existen dos versiones sobre los orígenes de sus progenitores, uno que lo ubica en San Cristóbal y otro en la población de San José de Ocoa.
De uno de estos lugares partieron para ir a radicarse al paraje Libón, otrora jurisdicción de Bánica, donde vivían de la explotación de un pequeño predio agrícola. De allí e trasladaron posteriormente hacia el paraje Margarita, jurisdicción de Comendador, donde finalmente nacen sus tres hijas.
Elías Piña, continuó diciendo doña Aurelina, era de color indio claro, de pelo crespo, de estatura mediana y un tanto corpulento, de ojos color aceituna que reflejaban la vivacidad del hombre siempre alerta. Era extremadamente osado y de un valor a toda prueba, según se desprende de las informaciones que sobre las actividades bélicas de la región, suministraba al Presidente de la República, General pedro Santana, el General Antonio Duverge, jefe de operaciones, con asiento en Las Matas de farfán.
Al producirse la Batalla de La Estrelleta en fecha 17 de Septiembre de 1844, Duvergé, como Comandante de la Zona, creyó llegada la oportunidad de expulsar del territorio dominicano a los últimos remanentes del ejército haitiano, y como tal planificó la toma por sorpresa del Fuerte haitiano de Biassú, ubicado en el noroeste del municipio de Bánica.
Al parecer, el general Duvergé no previó las condiciones climáticas que prevalecían en la región. Llovía torrencialmente y el Río Artibonito, era una barrera infranqueable. Finalmente, el obstáculo fue superado y el Coronel Elías Piña, al frente del Regimiento de Las Matas empezó el ascenso del promontorio montañoso donde se encontraba el Fortín, cuando de inmediato se escucha un disparo proveniente de la única pieza de artillería con que contaban los dominicanos operada por el Coronel José Leger, que advierte al enemigo, quien numéricamente superiores y mejor protegidos ocasionan a los dominicanos un duro revés, cayendo en la primera escaramuza con un disparo en la ingle el Coronel Elías Piña, en el segundo movimiento muere su hermano Francisco y finalmente perece en la acción un sobrino de ambos hijo de Tomás Ignacio) de nombre Vicente.
Sobre estos acontecimientos, debo hacer un paréntesis en honor la justicia y señalar la posibilidad accidental, en un ambiente donde impera condiciones hartos difíciles.
Estos hechos fueron claves para que el General Santana, cuyas diferencias con el General Duvergé eran ampliamente conocidas, asumiera una posición de hostigamiento y que estas se recrudecieran, al hacerse pública las intenciones golpistas del hatero del Seibo en contra del Gobierno del presidente Jiménez y para el cual solicitó la colaboración del general Duvergé y que éste con altivez le contestara: General Santana, yo no levanto mis armas para derrocar al Gobierno legalmente constituido.
Para desgracia del Presidente Jiménez, la desorganización en que estaban las tropas dominicanas tras la invasión del General haitiano Faustino Soulouque, se prestó para que Buenaventura Báez desde el Congreso de la República , gestara que éste organismo del estado, reclamara la presencia de Santana en el rol de organizador de ejército, lo que les abrió las puertas para tan esperada asonada militar. Derrotado Soulouque el 21 de Abril de 1849 en la Batalla de Las Carreras y no bien llegar el Presidente Jiménez de la zona de guerra, se entera de las actividades conspirativas que desde el Congreso realizaba Buenaventura Báez.
Estos hechos lo obligan a capitular en el año 1849.
Ya con el control del Estado, tras la sunción de Báez a la Presidencia de la República, se abrió un proceso en contra del general Valentín Alcántara, acusado por los Santanitas de alta traición a la Patria y en el cual, Pedro Santana trató de involucrar al héroe de Caimán y el 19 de Marzo.
En aquel memorable adefesio jurídico, se ordenó abrir una investigación para determinar la conducta observada por el General Duvergé. Organizado todo el andamiaje, se procedió previo apresamiento del General Duvergé y su encierro en la Fragata de Guerra «Cibao», a trasladarlo para su interrogatorio a Las Matas de Farfán.
La Comisión creada por Santana comenzó de esta forma:
PREGUNTA: sírvase informar bien circunstanciadamente de lo que conste, sobre la conducta militar y administrativa observada por los Generales Duvergé y Valentín Alcántara, particularmente después de la promoción del General Manuel Jiménez a la Presidencia de la República.
Después de oír al Coronel Pedro Florentino, los comisionados interrogan al Coronel Matías de Vargas.
PREGUNTA: Sírvase decirnos lo que sepa, sobre la marcha hacia Bánica en los últimos días del mes de Enero de este año, y si le consta que dicha marcha fue realizada con autorización expresa del Gobierno o contra una disposición de éste.
Pedro florentino, Matías de Vargas y varios oficiales interrogados responden con palabras precisas. «Duvergé nos reúne, pertrecha bien y marcha con nosotros hacia Bánica por segunda ocasión, en expedición de represalia». Van a tomar el Fuerte de Biassú y el Coronel Elías Piña y los demás compañeros caídos, serán vengados.
Es evidente la gran estima del General Duvergé hacia el Coronel desaparecido, que aun después de transcurrido tres años de los sucesos en que cae el Coronel Elías Piña, vuelve a la carga en acción vengadora en contra de los haitianos.
Estos elementos, que dicen de la elevada estatura moral de Duvergé conjuntamente con la acusación de que éste era parte de la conspiración del 25 de Marzo (*), utilizó Pedro Santana para ordenar la ejecución de aquel que él mismo juzgara como el más capaz de todos los hombres de su época, hecho que ocurrió en la población de Santa Cruz de Icayagua del Seibo el día 10 de Abril del año 1855.
(*)La conspiración del 25 de Marzo fue un movimiento que se originó bajo la conspiración del Prócer Francisco del Rosario Sánchez, que se presume aspiraba restaurar en el poder el gobierno de Manuel Jiménez.