Una persona bien entendida en la gravedad de este asunto ha advertido que “una botella de agua que tenga 10 horas bajo el sol no debe beberse”.
El agua embotellada permanece más tiempo bajo el sol en las plantas procesadoras y en sus almacenes que en los colmados, por lo que quitar los anaqueles de expendios no resuelve el problema, siendo mejor inspeccionar las plantas procesadoras.
Una persona que estuvo ligada al sector durante 11 años contó a Listín Diario que el almacenamiento de miles de botellones se hace a pleno sol, incluso permanece semanas bajo los rayos ultravioleta, humedad y la lluvia, sin hablar de la contaminación por hongos, virus y bacterias.
Aunque por asuntos éticos no mencionó el nombre de la empresa y prefirió el anonimato, dijo que Pro Consumidor no hace nada con operativos con solo 40 inspectores a escala nacional como dijo el director de la entidad, Eddy Alcántara, quien admitió que ellos los quitan y los colmaderos los colocan de nuevo.
“Las autoridades deben regular las plantas de agua; a estas no se les exige tener lugares techados para el almacenamiento y aunque el contenido cumpla con las normas sanitarias, el plástico y la contaminación ponen en peligro la salud de la gente”.
Son las mismas plantas de agua que llevan los anaqueles a los colmados y las colocan en las aceras con los botellones, por lo que los duños de colmado no pierden cuando les son ocupados estos estantes de hierro que, regularmente, son suplidos por los proveedores de botellones.
venta rápida
Resaltó que en los colmados de barrios los botellones de cinco galones son vendidos rápido, lo que no ocurre en las plantas procesadoras.
No obstante, esta persona advirtió que “una botella de agua que tenga 10 horas bajo el sol no debe beberse”.