Dormir una hora más al día puede ayudarnos a comer hasta 270 calorías diarias menos
Cuando tratamos de perder peso, el ejercicio físico es vital, pero no lo es todo; y es que hay muchos otros aspectos de nuestra vida que deberemos ajustar para poder adecuar nuestra masa corporal a los parámetros saludables. Uno de ellos es nuestro horario de sueño.
Así lo concluye un estudio publicado en el medio JAMA Internal Medicine, que ha estudiado el efecto de añadir una hora de sueño adicional a nuestro horario habitual en el peso corporal.
270 calorías menos al día
Concretamente, se trata de un ensayo clínico aleatorizado llevado a cabo sobre 80 adultos con sobrepeso, a los que se les proporcionaron sesiones de asesoramiento sobre higiene del sueño. Cuando eran capaces de dormir habitualmente 1,2 horas más al día, ingerían, de media, 270 kcal diarias menos.
La idea no es nueva, y los propios autores, adscritos a la Universidad de Chicago, señalan que los resultados van en la línea de lo que ya han demostrado muchos otros trabajos: que la restricción de sueño lleva a un aumento en la ingesta de calorías que supone un cierto riesgo de aumento de peso.
La novedad está en que esta investigación estudia el fenómeno inverso (prolongar el sueño en lugar de reducirlo) y además lo hace en un entorno real, sin manipular ni controlar los hábitos alimentarios de los participantes. Los sujetos experimentales durmieron en sus propias camas e hicieron su estilo de vida normal, sin ninguna directriz en cuanto a cómo debían alimentarse o a qué ejercicio físico debían realizar.
De hecho, el seguimiento de la ingesta calórica no se hizo, como es frecuente en este tipo de trabajos, a través de un seguimiento de lo que comían los participantes; más bien, se realizó a través del método del ‘agua doblemente etiquetada’, consistente en una compleja medición química de la orina.
Hasta 12 kilos en tres años
Los investigadores aseguran que la reducción en la ingesta diaria de calorías que observaron cuando los sujetos dormían una hora más debía traducirse en una pérdida de hasta 12 kilos en tres años siempre que los efectos se mantuvieran a lo largo del tiempo.
Por otra parte, celebran la sencillez con la que observaron que se podía aumentar la duración del sueño: y es que con tan sólo una sesión de asesoramiento, los participantes fueron capaces de cambiar sus hábitos lo suficiente como para prolongarlo en el día a día. Una de las cosas que destacan es que limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse pareció tener un efecto clave al respecto.
Además, las 270 kcal diarias menos son sólo una media: teniendo en cuenta la variación, encontramos que algunos de los participantes llegaron incluso a ingerir 500 kcal menos.
Lo que los autores consideran más importante, al final, es que mientras muchas intervenciones clínicas para tratar casos de sobrepeso patológico se centran en cambiar hábitos muy arraigados en los pacientes, lo que a veces puede resultar muy difícil (aunque sea necesario), es posible lograr pérdidas de peso clínicamente significativas simplemente trabajando la higiene del sueño.
Tomado de 20 Minutos