Santo Domingo.-Un árbol del Hospital Francisco Moscoso Puello fue escenario de múltiples escenas de alegría y dolor de los familiares que día a día esperaban por información de sus pacientes que se habían contagiado con la enfermedad.
Al frente se encontraba la unidad Covid-19, que acogió pacientes no solo de Santo Domingo sino de otras provincias del país.
Indhira Jiménez, quien desde inicio de la pandemia en marzo de 2020 estuvo en el área de Covid-19 de ese hospital, describió que el desmonte de la unidad para ella y sus compañeros ha sido un “alivio”.
“Ahora que la unidad se está desmontando uno siente entre nostalgia, alegría, gozo, respiro, tranquilidad… son muchos sentimientos encontrados”, dijo a EL DÍA.
Recuerda que al principio era agobiante para ellos, tener la sala llena de pacientes, sin tener una respuesta sobre la enfermedad, donde veían morir y librar batallas constantemente, lo que calificó de traumático.
Sostuvo que llegaron a un punto en que consideraron no pasaría, pues cuando bajaba una ola, al poco tiempo se activaba otra.
Desmonte unidades
— Respiro
“Es como cuando uno anda en un desierto, sediento y cuando ya uno no tiene esperanza de que va a encontrar algo de agua, encuentra un oasis. Realmente, para nosotros es un respiro”, dijo Indira Jiménez.