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Salud

Descubren que un ligero cambio en la dieta puede prolongar la vida

Un estudio llevado a cabo por una universidad japonesa destaca la importancia de la práctica común en el país de consumir peces pequeños enteros, incluidas la cabeza, las espinas y los órganos, que son ricos en micronutrientes.

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Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya (Japón) ha encontrado pruebas que vinculan el consumo de pescado pequeño, comido entero, con un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas y por cáncer en las mujeres japonesas, según un comunicado de la institución educativa.

Los japoneses habitualmente comen pescados pequeños, como morrallas, capelán del Atlántico (Mallotus villosus), eperlano japonés (Hypomesus nipponensis) y pequeñas sardinas secas. El comunicado destaca que además es una práctica común consumir peces pequeños enteros, incluidas la cabeza, las espinas y los órganos, que son ricos en micronutrientes, como el calcio y la vitamina A.

«Estudios anteriores han revelado el efecto protector de la ingesta de pescado sobre los resultados de salud, incluidos los riesgos de mortalidad. Sin embargo, pocos estudios se han centrado en el efecto de la ingesta de peces pequeños específicamente en los resultados de salud», señaló Chinatsu Kasahara, investigadora principal del estudio. «Me interesó este tema porque tengo la costumbre de comer peces pequeños desde pequeña. Ahora le doy a mis hijos estos alimentos», explicó.

El método del estudio
La investigación se centró en el seguimiento a 80.802 personas, de entre 35 y 69 años de edad, hecho durante nueve años. Las personas fueron divididas en cuatro grupos según la frecuencia con la que consumían pescado pequeño: rara vez, de una a tres veces al mes, de una a dos veces a la semana y más de tres veces a la semana.

Los autores del estudio, publicado en la revista Public Health Nutrition, encontraron que las mujeres que comían pescado pequeño al menos una o tres veces al mes tenían menos probabilidades de morir de cáncer y por otras causas en comparación con las mujeres que rara vez consumían estos productos.

¿Y qué pasa con los hombres?
El riesgo de mortalidad por todas las causas y por cáncer en los hombres mostró una tendencia similar a la de las mujeres, aunque «no fue estadísticamente significativa».

Las razones de la falta de significancia en los hombres aún no están claras, pero los investigadores apuntan al número limitado de participantes masculinos u otros factores no analizados en el estudio, como la porción de pescado pequeño en la dieta de los hombres.