La cuarentena ordenada por el gobierno dominicano fue acatada ayer en su máxima expresión por el comercio y los residentes en la zona céntrica de la ciudad de Santo Domingo, como medida para evitar la propagación del Coronavirus, a diferencia de los barrios pobres, donde la falta de alimentos y agua potable los obligó a salir.
En un recorrido hecho por HOY por las principales arterias de la capital como las avenidas John F. Kennedy, Duarte, 27 de febrero, Luperón, 30 de mayo Kilómetro 9 de la Carretera Duarte y zonas como el Puente Juan Bosch, el Mercado de Pulgas del Kilómetro 12, se notó una muy leve circulación de vehículos y que el flujo de personas que normalmente se aglomeran en estas zonas era nulo.
Sin embargo, en barrios como La Ciénaga, Gualey, Guachupita y Los Guandules, una mezcla de enojo con incertidumbre invadía a sus moradores, que en una lluvia de quejas reclamaban el auxilio de las autoridades, aunque estaban de acuerdo con las restricciones sanitarias.
Expresaron que “el hambre los iba a matar primero que el coronavirus”, por lo que habían decidido, en la medida de sus posibilidades, “salir a buscársela” a pesar de la cuarentena nacional y el toque de queda nocturno.
“Es muy bueno decir desde tu mansión: “quédense en su casa. No salgan”, sin saber cómo vive gente como yo, que tengo 5 muchachos y mi madre enferma”, dijo enojada María Altagracia Cosme, residente en La Cañada de Bonavides de Guachupita.
En la calle Respaldo Clarín de La Ciénaga, la preocupación es colectiva por no tener la forma de protegerse del virus, de higienizarse y de conseguir alimentos.
“Uste’ cree que e’ posible, que por aquí ni agua han mandado desde hace dos semanas”, gritó en la calle Santos Clemente, un motoconchista que al notar la presencia del HOY, se acercó presuroso a dar su queja.
Junto a él otros vecinos salieron a mostrar su enojo con las autoridades, como Ana Leyda Alcántara, quien tras frenar con las verjas de su galería reveló que en su calle el reparto de alimentos anunciado por el Plan Social de la Presidencia no se ha visto.
“Por aquí lo que tienen que traer es comida. Nos quieren tener trancados en la casa, pero la gente del Plan Social no se acuerda que estamos aquí. Ayer (sábado) vinieron por El Aguacate y dieron a un grupito de los de allá arriba solamente. Que vengan pa’ca también”, vociferaba la señora mientras recibía la arenga de los vecinos.
“Yo escuché que (ayer domingo) nos iban a traer comida, pero es mentira. Esa gente no sabe ni como la va a repartir. A Danilo que se prepare, porque no nos vamos a dejar morir”, advirtió entre una ola de palabras soeces contra el gobierno Juancito Beltré, quien es chiripero.
En el Mercado de Los Guandules la labor fue casi normal y los protocolos de distanciamiento social e higiene brillaron por su ausencia. Aunque algunos quioscos no abrieron, el flujo de personas fue numerosa en su intento de comprar carnes, víveres, frutas, vegetales y otras provisiones.
En la calle Oscar Santana, de Gualey, el sector informal abrió parcialmente, aunque las personas que viven en los callejones salieron “a ver el panorama”, como un señor apodado El Peje. “Imagínate mijo, yo vivo en una pieza cayéndose a pedazos, techada de zinc a la orilla del río; no tengo ni nevera y no he comío na’. ¿De que Coronavaina tú me ta’ hablando?”, dijo el pintoresco ciudadano de Gualey.
En las calles internas de los populosos barrios fue notorio que las paradas de motoconcho, las compraventas, colmados, carnicerías, salones de belleza, ebanisterías, sastrerías y hasta talleres de mecánica tenían sus puertas abiertas, aunque reconocieron que había menos gente en la calle buscando sus servicios.
Respecto al toque de queda, Marisol Báez, otra madre soltera con 6 hijos a su cargo, y el señor José Miguel Montero, lo calificaron como una buena medida de las autoridades, ya que la gente “se recoge temprano”.
“Así es que hay que hacer, porque la gente lo coge a chiste”. “El dominicano no oye. De noche la Policía está haciendo el trabajo”, expresaron los residentes en la calle Patria Mirabal, quienes también dijeron estar esperando las raciones alimenticias que prometió el gobierno y llamaron a los ciudadanos de la clase alta a no criticarles por buscar la forma de sobrevivir ante esta crisis, pues a ellos les afecta más por ser pobres.
Lo que dijo el Plan Social del reparto
El Plan Social de la Presidencia admitió que los camiones estuvieron por la zona, pero que al aglomerarse la gente posposieron el reparto para darlo casa por casa en horarios especiales, para evitar gente expuesta al virus. “Tuvimos que parar. El compromiso es llegar a esos hogares y dar respuesta a cada familia de sectores vulnerables. Vamos a seguir casa por casa, pero en horas estratégicas”, dijo la directora Iris Guaba.
Tomado de https://hoy.com.do/