Existen aplicaciones que ayudan a los niños a entender el mundo digital y a desarrollar sus capacidades
Las aplicaciones móviles están presentes en casi todas nuestras actividades. También en las de los niños. Existen en el mercado multitud de apps que les ayudan a desarrollar sus capacidades intelectuales, controlar sus emociones e, incluso, meditar. Pero lo mas importante es que con ellas dan sus primeros pasos en el mundo digital. «Existen aplicaciones que incitan la creatividad, la imaginación y, sobre todo, la motivación. ¿A qué niño no le gustan las nuevas tecnologías?», explica Cristina Martínez, profesora y directora del gabinete pedagógico D-Letras, en Madrid.
Durante los primeros años de vida, conviene que los críos experimenten y toquen. “Son hiperplásticos y tienen que entrenar sus capacidades motoras y manipulativas. Se han de mover”, expone Anna Forés, pedagoga y profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona (UB). La digitalización del entorno y el uso del móvil y las tabletas por parte de los adultos hace que los niños también quieran participar. ¿Qué pueden hacer los padres para el buen desarrollo de sus hijos en la sociedad de las pantallas?
Conviene que los progenitores acompañen a los menores en ese proceso que ha de ser gradual. Entre los cinco y los ocho años, los expertos recomiendan en torno a 20 minutos al día y si es posible, supervisados por los adultos.
Durante ese tiempo los críos pueden asomarse a los espacios infantiles de plataformas como YouTube o Netflix donde tienen acceso únicamente a contenidos adecuados a su edad. Muchas marcas también disponen de aplicaciones que protegen a los niños en entornos virtuales seguros.
El Modo Niños de Samsung es una de ellas. Este modo dispone de juegos y contenidos audiovisuales, adaptados por edades, que fomentan el aprendizaje y el desarrollo intelectual. Pueden dibujar, ver vídeos, grabar sus voces y aplicar efectos, además de tomar fotografías. El Modo Niños permite restringir el tiempo de juego, así no sobrepasa el límite que padres e hijos hayan pactado.
El espacio funciona independientemente al resto del teléfono, de forma que el menor no tiene acceso a los contenidos de los progenitores, lo que evita problemas como la eliminación de archivos por error o la modificación accidental de la configuración del dispositivo. Está protegido, además, por un pin.
Este modo genera un informe sobre uso para ver a qué se dedica el niño mientras está dentro. La aplicación está diseñada para que el menor pueda usarla sin supervisión. Los expertos recomiendan, sin embargo, que el adulto pase el mayor tiempo posible con su hijo cuando use el dispositivo. Así puede explicarle lo que no entienda e introducirle de manera adecuada en el universo digital.
«Los contenidos digitales cada vez ganan más peso en la educación», apunta Cristina Martínez. «Son una herramienta muy potente, un mundo de muchas posibilidades que hay que enseñar a los menores», continúa. Con ellos los críos complementan su educación en la que debe haber un equilibrio entre el mundo físico y el virtual.
Tomado de https://elpais.com
