El principal motivo de su vida fue ver a su país libre, alcanzar gobiernos democráticos, combatir la pobreza, la corrupción y la ignorancia reinantes. Y por esos ideales luchó aun después de eliminada la dictadura de Trujillo.
Pudo haber vivido cómodamente de la agricultura en la que se inició desde niño, del periodismo, la contabilidad, la locución, el comercio o la economía, oficios y profesiones que cursó cuando tuvo que interrumpir sus estudios de medicina en la Universidad de Santo Domingo por la persecución a la familia debido a la militancia de un cuñado en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio.
César Augusto Roque Taveras, a quien reconoce una calle de Santo Domingo, fue un bastión del Partido Revolucionario Dominicano cuya patriótica historia quizá solo conozcan sus compañeros vivos. En esa agrupación estuvo desde el mismo cinco de julio de 1961 cuando llegaron al país sus fundadores, y fue orador en los mítines, locutor en “Tribuna Democrática”, redactor de discursos y notas.
Fue perseguido, estuvo preso, pasó años en la clandestinidad, resultó varias veces herido y quizá no hay vivienda en el país que fuera allanada tantas veces como la suya, refugio de connotados líderes y afiliados de todos los procesos políticos contemporáneos.
De César Augusto habla su viuda Esmely, solidaria y leal compañera desde que ella contaba 15 años de edad, cuando se conocieron a la sombra de un tamarindo de la iglesia San Rafael, en Villa Tapia.
“César luchó mucho porque se aprobara la mejor Constitución que ha existido en la República, la de 1963”, de la cual fue uno de los redactores.
Arriesgó su existencia al hablar en la primera manifestación del partido, el 16 de julio de 1961, en el parque Colón, y a partir de esa fecha recorrió Santiago, San Francisco de Macorís, Salcedo y otros pueblos conquistando a las masas con su verbo encendido y convincente para que votaran por el entonces poco conocido “jacho”. En muchas ciudades fue apresado.
En la entrevista con Esmely es obligada la mención reiterada de José Francisco Peña Gómez, colega de locución e invariable camarada de todas las batallas. También cita a Rafa Gamundi, Napoleón Núñez, Milagros Ortiz, Ángel Miolán, “Lala”, la primera esposa de Peña, Antonio Guzmán, HipólitoMejía, Jorge Blanco, Washington de Peña, Winston Arnaud, Julio Colón…
César no solo fue pionero al fundar el primer comité de base, pronunciarse en el primer mitin perredeista, haber sido uno de los primeros apresados en la Guerra de Abril, sino el primer urbanizador y morador de Bella Vista, donde construyó su vivienda cuando aquello “eran cambronales” y designó la vía “Juan Miguel Román”. Ahí se bautizó con su nombre la “zona 4” de El Manguito.
Perseguido. Desde que se produjo el Golpe de Estado contra Juan Bosch, César Roque fue perseguido. Esa noche fue allanada su vivienda en San Juan Bosco cuando felizmente se había ocultado acogiendo el consejo de Molina Ureña. “Nos allanaron 12 veces”, exclama Esmely. Roque había sido diputado por Salcedo en el efímero mandato.
Tras largo tiempo clandestino le sorprendió la Revolución de 1965 y el 27 de abril, mientras se dirigía a una reunión en el Palacio Nacional, fue atrapado por tropas contrarrevolucionarias en la avenida Independencia. Creían que lo habían asesinado porque el CEFA “lo denunció muerto”. Un general, vecino de los Roque, les informó su paradero y César pudo enviar con él un mensaje dentro de la cantina en que Esmely le envió comida. “Estoy herido”, anotó.
“Eso lo salvó, con esa cantina fui donde Caamaño, la OEA, Luis Amiama”, narra la esposa, gracias a cuyas gestiones logró salir, aunque muy enfermo. Lo atendió “el doctor Ceballos” y desde que mejoró se reintegró a la revuelta.
En los 12 Años de Balaguer la represión fue mayor. César tenía una emisora clandestina en la casa y hacía oposición al régimen. Estuvo oculto un tiempo en una cueva del kilómetro nueve de la carretera Mella y en su nueva vivienda de Bella Vista también irrumpió la policía.
“En una ocasión fueron a allanar, ya había sido cónsul honorífico en Costa Rica y yo conservaba su pasaporte y dije a los agentes que esa era la casa de un diplomático, él regresaba en ese momento de Radio Comercial y se lo llevaron”, relata Esmely. Buscaban armas. Fue con el triunfo del PRD, en 1978, cuando Roque recuperó la libertad.
Además de su primer empleo como contable en la empresa de Rafael Quezada, en Villa Tapia, fue también fundador de la Federación Nacional de Hermandades Campesinas, funcionario de CORDE, cónsul de la República en Caracas, gerente de la compañía Siboney. En 1990 fue aspirante a senador.
César Augusto nació en Altos de Piedra, Salcedo, el 30 de agosto de 1928, hijo de José Francisco Roque y Adelina Taveras. Realizó primeros estudios en Salcedo y secundarios en Moca y San Francisco de Macorís graduándose de perito agrónomo y de contable. Estudió comunicación en La Voz Dominicana donde constituyó un núcleo antitrujillista con Peña Gómez, Plinio Vargas y Napoleón Núñez. El 28 de mayo de 1955 casó con Esmely, madre de sus hijos Noris Josefina, César Augusto, Damiris Esmely y César Tabaré. Falleció el 26 de octubre de 1991, a los 63 años, “estando en plena actividad política”.