Salud

Beneficio y riesgo de la dieta cetogénica: el organismo deja de quemar glucosa y empieza a quemar la grasa

Cuando se agotan las reservas de hidratos de carbono, el organismo obtiene la energía de la grasa acumulada.

La cetosis es un proceso metabólico mediante el cual nuestro organismo deja de utilizar los hidratos de carbono como fuente de energía para pasar a utilizar las grasas. Este estado se consigue, sobre todo, con dietas pobres en hidratos de carbono o con ayunos prolongados, y puede ayudar a perder peso, pero también puede ser peligroso en algunos casos.

¿Qué es la cetosis?

Nuestro organismo obtiene la energía de los hidratos de carbono que ingerimos, tanto los simples (glucosa) como los complejos. Estos hidratos de carbono se acumulan en forma de glucógeno muscular (el que se acumula en los músculos) y el glucógeno hepático, que se acumula en el hígado. Para realiza sus funciones, el organismo ‘tira’ de estas reservas de glucógeno almacenadas.

Cuando estas reservas se agotan, para seguir consumiendo energía, el organismo tiene que recurrir a las grasas que tenemos almacenadas. Para ello, antes el hígado tiene que transformar estas grasas en energía, en lo que se conoce como cuerpos cetónicos, moléculas de ácido betahidroxibutírico (ß-hidroxibutirato) y de ácido acetoacético (acetoacetato). Este proceso recibe el nombre de cetosis y es, en realidad, un mecanismo de supervivencia que permite abastecerse de reservas energéticas acumuladas en el organismo. Y entramos en él muchas veces sin darnos cuenta, por ejemplo, si estamos muchas horas sin comer, si hacemos un gran esfuerzo físico o si tenemos el típico virus intestinal que nos provoca vómitos o diarrea. Sin embargo, salir de este estado es bastante fácil, pues basta con volver a consumir una mínima cantidad -entre 20 o 50 grs.- de hidratos de carbono.

¿Cómo podemos prolongar la cetosis?

Mantener la cetosis por un tiempo prolongado no es fácil, pues, como comentábamos, en cuanto ingerimos hidratos de carbono, el organismo vuelve a utilizarlos como fuente de energía principal en lugar de las grasas. Por tanto, si queremos prolongar la cetosis para perder grasa tenemos que seguir una diete específica muy pobre en hidratos de carbono. La más conocida es la dieta cetogénica o keto, cuyo objetivo es precisamente ese: mantener el cuerpo en cetosis la mayor parte del tiempo para favorecer la movilidad de las grasas. Estas dietas suelen ser muy restrictivas, pues se basan sobre todo en restringir mucho el consumo de hidratos para que estos no supongan más del 10% de las calorías diarias. Así, habría que reducir mucho el consumo de alimentos como cereales, legumbres, patatas e incluso frutas y favorecer la ingesta de proteínas y grasas procedentes, por ejemplo, de carnes, frutos secos, huevos, aceite, pescados grasos…

Beneficios y peligros de las dietas cetogénicas

Llevar dietas cetogénicas pueden tener beneficios, incluso para la salud, pero, puesto que también pueden tener otras consecuencias a la salud a largo plazo, siempre hay que hacerlas bajo supervisión médica, como recomiendan desde Sanitas, pues, además de que están contraindicadas en algunos casos, “entrar en estado de cetosis puede presentar en ocasiones algunos efectos secundarios indeseados”.

Entre los beneficios que tienen las dietas cetogénicas, están

•Ayuda a perder peso y a perder grasa. Al movilizar las reservas de grasa, se reduce el tejido adiposo ayuda adelgazar. Esto es beneficioso para las personas que quieren perder peso y para deportistas.

•Un mayor control de la diabetes tipo II. Hay muchos estudios, como este llevado a cabo en España, que relacionan la cetosis con un mayor control de los niveles de glucosa en sangre y una mejora de la sensibilidad a la insulina.

•Algunos estudios aseguran que es útil como tratamiento para la epilepsia refractaria cuando los fármacos no dan los resultados esperados.

La cetosis también tiene algunos peligros, como:

•A corto plazo puede provocar molestias físicas, como dolor de cabeza, cansancio, mal aliento, náuseas y estreñimiento.

•Favorece la aparición de cálculos renales y no está recomendada para personas con problemas de riñón.

•En algunos casos puede favorecer el aumento del colesterol.

•Puede reducir los niveles de hormona tiroidea T3, por lo que también estaría contraindicada en personas con hipotiroidismo.

•Aumenta los niveles de cortisol y, por tanto, la posibilidad de padecer estrés.

•Puede provocar, a la larga, déficits nutricionales.

•Algunos estudios sugieren que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, cáncer, diabetes o Alzhéimer.

•Puede disminuir el rendimiento cognitivo.

Por estos motivos, en caso de querer seguir una dieta basada en la cetosis, sobre todo si queremos mantenerla a largo plazo, lo más recomendable es ponerse en manos de profesionales que monitoricen regularmente nuestra salud.

Tomado de 20 Minutos

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