Baní. Este pueblo huele a mango y no es para menos: aquí la fruta se despliega con todo su encanto y olor.
El mango banilejo se viste de colores auténticos, y su dulzura va de la cáscara amarilla al color vistoso y el sabor agradable. Así, todo Baní queda en el paladar…
La feria Expo-Mango 2017, que se realiza en el parque central de Baní, presenta una amplia variedad de mangos, y ofrece atractivos saludables.
Es también un espacio para exhibir equipos agrícolas relacionados con la producción de la fruta. Además, alberga exposiciones de productos artesanales y degustaciones de platos alimenticios. Uno de esos platos es un arroz con mango preparado por el chef Juancho Ortiz. ¡Sí, arroz con mango!
El mango banilejo tiene otras virtudes; una de ellas es que trasciende las fronteras locales. En efecto, la fruta va a Estados Unidos, Canadá, Europa y algunas islas del Caribe.
Según Radhamés Medina, técnico de Agricultura, las exportaciones de la fruta alcanzaron 22 millones de dólares en el 2016.
Los mercados extranjeros son muy exigentes, y por eso la fruta debe pasar por un proceso hidrotérmico en una planta ubicada en Moca. Ese proceso permite depurar la producción destinada al exterior, pero le resta calidad al mango, apunta Medina.
Por tal razón, los esfuerzos se encaminan a prevenir cualquier posible larva que pueda afectar el rubro, de suerte que su depuración no sea necesaria.
Medina señala que entre 15 y 20 comerciantes de mangos participan en la feria, dedicada a Rafael Perelló, presidente de Industrias Banilejas (Induban).
A propósito, los vendedores perciben un flujo mayor de personas y esperan que las ventas superen las de años anteriores.
Varios factores sustentan su percepción y esperanza. El principal es que los mangos están más baratos, con precios que van de 25 a 80 pesos por doce unidades. La variedad decide el precio.
El evento está organizado por instituciones públicas: el Ministerio de Agricultura, la alcaldía, la Gobernación. Arrancó el miércoles y finalizará el domingo.
La feria presenta novedades: una nueva estructura física y la inclusión de otros productos. Además, hay empresas de comunicaciones y tiendas de electrodomésticos.
Galería de mangos. El evento muestra una amplia gama de mangos. Los hay autóctonos e híbridos: el mameyito, el gota de oro, el puntica, el mingolo, el tetera.
También los hay exóticos pero adaptados: el Edward, el Keitt, el Tommy, el Lancetilla, el Fairchild, el Mallika, el Pim Sane Mun. Estos tipos son especialmente cultivados por técnicos del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales.
Uno de ellos, Eduardo Luna, explica que el Instituto investiga las propiedades de la fruta y asesora a los productores en cuanto a control de plagas y otros aspectos.
Según él, los tipos exóticos se han adaptado a Baní por las condiciones climatológicas del pueblo.
El mango Keitt es el más demandado por el mercado estadounidense, apunta él.
Otra mirada al mango. Si el Keitt favorece a algunos, perjudica a otros. Una de los perjudicados es Solia Jiménez Pimentel, una productora de Cañafístol que lleva cuatro años perdiendo sus cosechas de mango.
La razón es que las clases que produce (gota de oro, grano de oro, mameyito, tetera y otras) han sido desplazadas por el Keitt. Este se ha convertido en el tipo de mango más demandado dentro y fuera del país.
Según ella, antes vendía sus cosechas y se ganaba 15 mil pesos, pero ahora nadie le quiere comprar la producción. Por esa razón los mangos se dañan y se pierden.
“Hace años que no los vendo porque no tienen salida. Ahora solo andan detrás del Keitt”, lamenta.
La productora pretende cultivar el Keitt, pero esto le tomará mucho tiempo.