SANTIAGO. De manera vertiginosa la avenida Hispanoamericana, que conecta la Circunvalación Sur con la autopista Duarte, es arrabalizada con el funcionamiento de improvisados negocios de expendio de comidas en una de sus aceras.
El desorden en cuestión es más notorio frente a las instalaciones de la Universidad Abierta Para Adultos (UAPA) donde miles de personas realizan sus estudios, en procura de obtener sus títulos como profesionales.
Poco a poco y ante la mirada indiferente de las autoridades municipales, la acera donde hace meses comenzaron a instalarse pequeños negocios de comida y bebida de refrescos, hoy abarca una amplia zona frente a la urbanización Thomén.
En la zona referida y a poca distancia también funcionan el Centro Español, el Gurabito Country Club y el club recreativo del Banco de Reservas, proximidades que con el paso del tiempo también podría extenderse hasta allí la ocupación de la acera, con la extensión de esos negocios informales.
Originalmente todo comenzó con la oferta de jugos naturales, emparedados y refrescos a los estudiantes de la Uapa, para lo que los ofertantes utilizaban pequeñas mesas, sobre las cuales colocaban exhibidores de los productos disponibles.
Empero, la situación ha tomado una dimensión tal que algunos de los negocios han improvisado cocinas en las cercanías, instaladas en los terrenos de la mencionada urbanización.
A pocos pasos de las yerba del entorno y de las mesas con manteles plásticos, donde los clientes consumen los alimentos, fogones encendidos con leña sirven de base para la cocción de los mismos, situación que en el cualquier momento podría originar un incendio de proporciones lamentables.
Las residencias más próximas de la urbanización Thomén (donde viven personas básicamente de clase media) distan apenas diez metros de uno de los laterales de los comedores improvisados.
Entrevistados algunos de ellos no ocultaron sus disgustos de que el entorno de ese sector poco a poco está siendo arrabalizado, a lo que se suma el hecho de que la zona se ha convertido en una bomba de tiempo, pues allí manipulan gas propano y candela, sin ningún tipo de control ni previsión.