Mientras las jornadas de vacunación se intensifican en el país y cerca del 50 % de la población meta ha recibido al menos una dosis del biológico, familiares luchan con la angustia y la desesperación de tener un paciente con COVID-19, no solo por la falta de cama de los centros a donde se dirigen, sino también por la poca información que reciben de sus pariente, el miedo a que le notifiquen su fallecimiento y el dolor ante la pérdida.
El Ministerio de Salud Pública informó que este lunes, el 77 % de las camas para pacientes críticos con coronavirus estaban ocupadas, el 51 % de las de ingresos y 66 % de los ventiladores. En tanto, la positividad diaria del virus se sitúa en 18.76 %, mientras que la de las últimas cuatro semanas fue de 16.95 %.
Durante un recorrido realizado por un equipo de Diario Libre a dos de los principales centros que atienden a pacientes con coronavirus, se observó cómo desde tempranas horas, ambulancias del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1 trasladaban pacientes de un hospital a otro en busca de una cama. De igual forma, carros fúnebres transitaban para llevarse a los fallecidos por la enfermedad.
Angustia y frustración son algunas de las emociones que viven las personas que tienen ingresados a sus parientes en la unidad de COVID-19 del Moscoso Puello, pues, aunque entienden que los médicos hacen su trabajo, no logran evitar irritarse al no poder hablar directamente con sus familiares convalecientes.
Mientras, el personal médico refleja el agotamiento que enfrenta, debido a las arduas jornadas por la alta ocupación de este centro de salud.
“Es un poco triste para nosotros, porque vemos cómo día a día los familiares de manera angustiosa están aquí al frente, esperando algún tipo de noticia, por lo menos ver o escuchar a su familiar. Con la situación que tenemos con esta pandemia, muchos de esos pacientes duran cinco o siete días sin ver o escuchar a su familiar y eso genera cierta tensión, tanto en la familia como en el paciente”, explicó la encargada de la unidad COVID-19, Indira Jiménez.
Entre tanto, en el Materno Infantil Luis Eduardo Aybar, ubicado en la Ciudad Sanitaria, varios cuerpos fueron retirados del furgón que utiliza el centro como morgue para fallecidos por COVID-19, mientras familiares esperaban por horas recibir noticias de sus parientes.
El presidente de la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar, José Joaquín Puello, dijo a este medio que ese furgón era utilizado para conservar y posteriormente entregar los cuerpos de los fallecidos por COVID 19, debido a que la morgue del centro aún no estaba lista. De igual forma, indicó que agregarían otro furgón en unos días.
Este lunes el Ministerio de Salud Pública reportó una defunción ocurrida ayer domingo. En total en el país han fallecido 3,655 personas debido al COVID-19; la tasa de letalidad se encuentra en 1.21 %. En los primeros seis días de junio el país ha registrado 21 fallecimientos por coronavirus.
Después del COVID
Los familiares y el mismo paciente no solo deben lidiar con todo lo que conlleva tener la enfermedad, sino que posterior a esta, las secuelas que deja el virus continúan lastimando física y emocionalmente a estas personas.
La expresidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Claudia Almonte, explicó a Diario Libre que algunas de las secuelas son pericarditis o inflamación en la membrana que envuelve el corazón, así como miocarditis (inflamación del músculo cardiaco).
“Se han visto casos de hipertensión arterial en debut, pero también paciente con hipertensión que antes la tenían controlada (…) pueden estar cursando hipertensión arterial descontrolada”, agregó.
La doctora sugiere una evolución cardiovascular post COVID-19 hasta varios meses después de haber padecido la enfermedad.
Vacunación
República Dominicana ha inoculado al menos con una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 3.8 millones de personas, el 49.3 % de su población adulta, según datos oficiales difundidos este lunes tras concluir el operativo especial de vacunación. De este total, 1.3 millones de personas ya están totalmente inmunizados.
Con estas cifras, República Dominicana se sitúa en el tercer lugar de América Latina en tasa de vacunación, por detrás de Chile y Uruguay.
Tomado de https://www.diariolibre.com