Al menos 53 personas murieron hoy, entre ellas 25 civiles y siete atacantes, y otras 158 resultaron heridas en un ataque talibán contra una instalación de la Policía en la provincia de Paktia, en el este de Afganistán, confirmaron fuentes oficiales.
«Tenemos más de un centenar de víctimas entre muertos y heridos. La información inicial muestra más de 15 muertos y los restantes, alrededor de 85, heridos, en su mayoría miembros de las fuerzas de seguridad», dijo a Efe el vicegobernador de Paktia, Abdul Wali Sahi.
El vicegobernador añadió que el lugar del ataque se encuentra en estos momentos «en calma», aunque anotó que la operación para despejar el área continúa, por lo que el número de víctimas podría aumentar.
«Prosiguen las labores de búsqueda de víctimas entre las ruinas y el edificio», explicó Sahi, que reveló que el jefe de la Policía local, Toryalai Abyani, se encuentra «herido grave (pero) aún está con vida».
Según el vicegobernador, aún no está claro el número de atacantes y se desconoce si todavía queda alguno oculto en las instalaciones.
El Ministerio del Interior afgano había confirmado con anterioridad en un comunicado la muerte de al menos «dos de los atacantes».
El ataque se produjo alrededor de las 9.30, hora local (5.00 GMT), en el cuartel de Gardiz, capital de Paktia, y donde la Policía tiene su sede principal para las provincias de Paktia, Paktika, Khost y Logar.
El portavoz del gobernador de Paktia, Abdullah Hasrat, indicó a Efe que el ataque comenzó cuando un suicida hizo detonar los explosivos que llevaba pegados al cuerpo abriendo paso a un vehículo bomba que detonó a continuación.
«Los dos ataques se produjeron contra la primera entrada del cuartel de la Policía», afirmó la fuente.
Este mismo cuartel ya fue objeto de un ataque talibán el pasado mes de junio, cuando 11 personas murieron y 20 resultaron heridas en una acción realizada por un grupo de seis talibanes.
En los últimos dos años y medio, el Gobierno afgano ha ido perdiendo terreno ante los talibanes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
Según datos de esa misma fuente, entre enero y noviembre de 2016 al menos 6.785 miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron y otros 11.777 resultaron heridos, en línea con el recrudecimiento del conflicto.